Petróleos Mexicanos es el barril sin fondo de la hacienda pública. Los robos, los saqueos y la mala administración convergen en la historia de la paraestatal. Y la gestión de Andrés Manuel López Obrador es el ejemplo.
En los seis años de su gobierno se gastaron más de 980 mil millones de pesos para rescatar a la compañía. Fue un fracaso, a pesar de las inversiones por más de 300 mil millones de pesos en la Refinería de Dos Bocas construida en Tabasco, y la compra de la refinería Deer Park, que se adquirió en más de 30 mil 650 millones de pesos.
En términos de producción, en la administración del panista Felipe Calderón (2006-2012) se registraban 2.7 millones de barriles cada día. Luego, con el priísta Enrique Peña Nieto (2013-2018) bajó a 2.3 millones de barriles. Sin embargo, con Andrés Manuel López Obrador (2019-2024) se tocó fondo: apenas 1.8 millones de barriles. El líder de Morena prometió que terminaría su administración con una producción de 2.6 millones de barriles al día, pero mintió. Ni Dos Bocas ni Deer Park incrementaron las cifras.
Según Pemex, al inicio de la pasada administración se importaban 927 mil barriles diarios de combustibles para satisfacer la demanda nacional. Y también se prometió reducir la dependencia con Estados Unidos y bajar a sólo 84 mil barriles diarios importados. Fue otra mentira porque agosto pasado cerró con 792 mil barriles diarios en el promedio.
En el arranque de la administración de Claudia Sheinbaum ya se anunció un nuevo rescate de Pemex. Se promete un plan de austeridad de 50 mil millones de pesos, así como una inversión adicional de 120 mil millones de pesos. La presidenta reconoce que apenas se producen 1.8 millones de barriles al día y promete, igual que López Obrador, subir a 2.6 millones en el sexenio. En el discurso, se evade mencionar la importación de combustibles, porque eso evidencia el fracaso de su política pública en la materia.
Es un tema técnico y entre la población no se dimensiona el fracaso o la crisis que Pemex detona al erario, pero los robos, los saqueos y la pésima administración también se pueden demostrar con los lujos con los que viven los trabajadores y pensionados de Pemex, remarcándose, por otro lado, el gasolinazo constante que enfrentan los consumidores (con AMLO subió seis pesos en promedio el litro de la Magna y Premium) y la ordeña de los ductos que sigue permitiendo el Gobierno federal en estados como Hidalgo, Jalisco, México, Veracruz, Puebla, Tamaulipas, Guanajuato y Nuevo León, por citar algunos.