Llaman la atención los tiempos y las circunstancias: ¿Por qué hasta ahora? ¿Por qué a 18 días de que termine su mandato? ¿Por qué frente a esta configuración del Congreso en la que no cuenta con una suma suficiente de votos a su favor? ¿No le genera a usted un “ya pa’ qué”?
El gobernador Enrique Alfaro Ramírez presentó ante el Congreso de Jalisco una serie de iniciativas con las que prácticamente cierra su gestión. Entre ellas destaca la que significa una búsqueda por un nuevo convenio de coordinación fiscal con la federación; el argumento es el mismo que expresó por allá a inicios de octubre del 2021 en el Teatro Degollado: Hay un maltrato presupuestal del Gobierno Federal hacia Jalisco.
Sin embargo, las circunstancias de aquel y este momento son distintas y eso lo cambia todo en materia de fuerza para hacer política. Aquel 2021, también año electoral, el partido de Enrique Alfaro logró buenos resultados en la conformación del Congreso local con 16 diputaciones por voto directo. Además, la oposición –lidereada por Morena– se configuraba más fragmentada y con menos ánimo de lograr pactos con el resto de las bancadas. En 2024 las fuerzas están más-menos equilibradas, pero ninguna logrará hacer nada sin la suma de voluntades.
Aquel 2021 eran también tiempos de la llamada Alianza Federalista, una suerte de escisión a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) integrada por 10 mandatarios que buscaban darle batalla al muy popular Andrés Manuel López Obrador, entonces presidente de México. El resultado de aquella alianza fue nulo. ¡Vaya!, estaba Javier Corral, hoy senador de Morena. La escena actual configura a 24 gobiernos estatales ganados por Morena o en manos de sus aliados.
Por ello las dudas que planteo al inicio y, claro está, lo hago a partir del escenario político, un gobierno que ya termina; otro que entra –Pablo Lemus– sin tener afianzado un apoyo del Poder Legislativo; una presidenta de México que sigue sin recibirle para siquiera preguntarle cuál es su visión de lo necesario para Jalisco… en fin, todo en contra.
Lo que Enrique Alfaro hizo al –finalmente–, presentar la iniciativa para renegociar el Pacto Fiscal es más una manera de cerrar el mandato en búsqueda de congruencia con su propio discurso. Es un simbolismo político, pero no una realidad factible hoy.