Se concretó la desaparición de los organismos autónomos. El primer paso se dio en la Cámara de Diputados y sólo queda concretar el ciclo. No hay vuelta atrás porque la presidenta misma, Claudia Sheinbaum Pardo, declaró desde días atrás que el tema no se negociaba.
De nada sirvió, por cierto, la reunión entre los comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), y la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. Le pidieron a la funcionaria que comunicara a la presidenta Sheinbaum la posibilidad de no extinguir, sino reformar, el INAI.
Ella respondió públicamente que se respetarían los derechos de los trabajadores y que se considerarían sus peticiones.
De nada sirvió. Ahora, los mismos comisionados del INAI hacen la petición a los senadores de Morena, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, que tienen en sus manos el dictamen emitido por la Cámara de Diputados.
Al mencionar a Morena y los partidos que son sus aliados, vale subrayar, al menos para que quede en la memoria y esto pueda constar en el futuro, que los diputados del Revolucionario Institucional (PRI), de Acción Nacional (PAN) y de Movimiento Ciudadano (MC), se opusieron a la desaparición de los organismos autónomos.
Pero contra la aplanadora y la visión de Morena ya no hay nada por hacer. No oyen ni atienden.
Además del INAI, desaparecen otros organismos autónomos:
El argumento dominante, el que más se “vendió” públicamente, es que todos estos organismos son un espacio de privilegio para beneficiarios neoliberales.
Como se instituyó desde el sexenio obradorista, se prefirió la ruta más rápida: cercenar lo que no concuerda con la visión de la “cuarta transformación”.
En poco tiempo se padecerán las consecuencias.