Hoy conmemoramos el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra la Mujer. Entender el propósito de este día en el calendario de las festividades oficiales. Es quizás hasta obvio, comprender las violencias contra las mujeres; se trata de un profundo y pantanoso terreno cuya complejidad tiene que ver con el hecho de que algunas de estas violencias –en muchas ocasiones– pueden ser invisibles para el resto de la sociedad, pero representan poderosas barreras para quienes la sufren.
A nivel mundial, una de cada tres mujeres es víctima de violencia de género, sin importar su estrato social, nivel educativo o cultural. Ya sea física, sexual, psicológica, económica, laboral, vicaria, todas estas son violencias que se ejercen de manera sistemática contra la mujer en cada uno de los entornos en los que se desenvuelve: casa, trabajo, vía pública, escuela… son pocos los espacios seguros, y la paradoja es cuando estos espacios se vuelven inseguros por medio de la revictimización o la omisión de las autoridades.
En México, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) por medio de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares (ENDIREH) detalla que el 70 por ciento de las mujeres de 15 años o más han experimentado al menos un incidente de violencia que podría ser física, psicológica o de discriminación, en al menos un ámbito como el laboral, familiar o comunitario. La violencia psicológica es la que presenta mayor prevalencia (51.6%) seguida de la violencia sexual (49.7%) y la violencia física (34.7%).
En Jalisco el año pasado, se dictaron 33 mil 111 medidas de protección por violencia de género. En el mes de junio de 2024 nos colocamos en el tercer lugar nacional en violencia contra las mujeres, con 590 delitos, y este mismo año permanecemos como el primer lugar nacional en impunidad por casos de feminicidio, según México Evalúa.
Días atrás celebramos con gusto la designación de nuestra compañera Sofía García como titular de la Red de Centros de Justicia para la Mujer, del Gobierno de Jalisco, para la próxima administración a cargo de Pablo Lemus. Este nombramiento tiene una lectura particular, pues Sofía García no renuncia a su militancia a cambio del espacio en el gabinete, sino que ha sido seleccionada por su trayectoria y lucha para el impulso de la red de centros de justicia en sus responsabilidades como diputada; por lo tanto, la noticia ha sido muy bien recibida, pues hay confianza en que desempeñará una labor destacada al frente de la institución.
Este día hablemos de la violencia que vivimos las mujeres –porque incluso en política la sufrimos–, sin normalizarla, sino exponiéndola y hablando de ella como un problema real, doloroso y costoso que tenemos que erradicar. No podemos tolerar más muertes, más terror, ni más indiferencia nunca más.