La primera rectora en la historia de la Universidad de Guadalajara será Karla Planter. Fue electa para el cargo con 112 votos de los integrantes del Consejo General Universitario, una cifra de votos más que sobrada para ocupar el cargo. El segundo candidato más votado al cargo obtuvo 33 sufragios.
En la Universidad de Guadalajara comenzó una celebración general por el hecho de que se trata de la primera rectora en la historia de la institución educativa. Además, es la primera persona elegida para el máximo cargo universitario desde el fallecimiento de Raúl Padilla López; además de su desempeño como rectora, se juzgará su quehacer en la primera etapa postpadillista. Y eso no es poco decir.
Con la desaparición física de Raúl Padilla concluyó también una etapa histórica de la UdeG. Sin duda, con luces y sombras, él encabezó una etapa decisiva de la institución, que permitió transitar desde el cierre del siglo XX y hasta sólido comienzo del actual siglo XXI. Aún está construyéndose el juicio histórico del quehacer de Raúl Padilla frente a la Universidad, pero ya en la gestión de Ricardo Villanueva Lomelí se determinó reconocerlo como una de las principales y más sólidas figuras de la historia universitaria.
Esa es otra historia.
Con Karla Planter se consolida un período de transición en la Universidad de Guadalajara.
A la muerte de Raúl Padilla no le siguió una lucha intestina en la Universidad. Era una posibilidad, pero los diferentes grupos políticos internos encontraron un espacio de diálogo y coincidencia; supieron también encontrar –aunque era complicado– el espacio de negociación con el gobernador Enrique Alfaro Ramírez, un abierto contrincante y crítico de la Universidad de Guadalajara.
Además, y debe subrayarse, el período del rectorado de Ricardo Villanueva se empató también con la abierta animadversión que una y otra vez expresó el expresidente López Obrador contra la Universidad y el liderazgo (que siempre llamó cacicazgo) de Raúl Padilla.
En síntesis: Los últimos seis años fueron para la UdeG de una profunda crisis y con resultados relativamente positivos.
Se superó el sexenio lopezobradorista, abiertamente crítico y adverso; se superó el enfrentamiento total con el gobierno estatal de Enrique Alfaro, y el choque se selló con la modificación legal que permitió el Presupuesto Constitucional que justo empieza a operar a partir de 2025. Y a manera de colofón, las diferentes fuerzas internas universitarias no sólo no se dividieron entre sí, sino que coincidieron en un proceso breve y consolidado que les permitió una elección en favor de una rectora.
El cambio de época es evidente al cumplirse el primer cuarto de este siglo.
El reto para Karla Planter es enorme, pero cuenta con un punto de partida sólido: el apoyo social y de la Universidad completa.
Ricardo Villanueva, mientras tanto, inicia una carrera política de la que ya se conocerán resultados. Paradójicamente, encontró en la “cuarta transformación”, que reprobaba a la Universidad, una alianza política para él y para sus allegados.
La Universidad de Guadalajara tiene futuro, tiene desarrollo y recibe 2025 con enormes expectativas. La nueva rectora recibe no sólo un reto, sino también a una institución en plan de próspero desarrollo.