En el marco de la reforma constitucional en materia de simplificación administrativa, a algunos críticos se les olvida la corruptela en organismos como el INAI. Nuestra presidenta Claudia Sheinbaum ha dejado claro que la desaparición del INAI y otros organismos autónomos, busca eliminar prácticas de corrupción. En camino a una mayor transparencia y con menor gasto público, incluso la Auditoría Superior de la Federación ha detectado cuantiosas irregularidades en el INAI, como nepotismo, extorsión a trabajadores, aviadores y gastos indebidos de comisionados.
Queremos una administración pública a la altura del pueblo de México: Más eficiente y transparente. Por eso, hemos decidido simplificar la estructura administrativa para erradicar la duplicidad de funciones que además, por testimonio de ciudadanos, se presentaban muy burocráticas, y ahorrar recursos y destinarlos a proyectos que beneficien directamente a la gente.
Esta decisión se toma con el objetivo principal de mejorar la eficiencia y la transparencia en la administración pública, sin afectar la protección de los derechos de las y los ciudadanos. Nuestro compromiso es con la gente, los representantes del pueblo sí obedecemos un mandato popular.
La transparencia y rendición de cuentas son eje rector en una democracia, mismas responsabilidades que continúan. Hoy más que nunca queremos garantizar un gobierno más transparente y responsable.
Los llamados órganos autónomos fueron implantados en nuestra Constitución a través de las reformas que se aprobaron mediante el “Pacto por México” en los años 2013 y 2014 a modo de los que en su momento gobernaban, que dicho sea de paso gozaban de sueldos y prestaciones superiores a la media laboral, pero sin obedecer al mandato popular, con decisiones autónomas e inamovibles.
En conclusión, la simplificación administrativa no es sinónimo de eliminación de los principios democráticos que protegen el acceso a la información, la competencia económica y el libre mercado; los principios siguen vigentes como eje rector de nuestra democracia. Lo que se extingue, son los excesos y privilegios, la duplicidad en la burocracia y se da paso hacia la modernización, eficiencia, transparencia y simplificación en la administración pública.
Que quede claro, no significa la eliminación de derechos, que protegen nuestra democracia.