Estamos a unos días de conocer quién tomará las riendas de las Chivas rayadas del Guadalajara, luego de una penosa temporada más en el futbol mexicano. En el último torneo los rojiblancos no solo no pudieron avanzar a la Liguilla, sino que dieron pena durante toda la campaña por sus escándalos extracancha, quedándose sin director deportivo, luego sin director técnico, con su gran refuerzo dando lástimas futbolísticas y en general, dando mediocres actuaciones durante toda la campaña.
Estas Chivas necesitan más que un pastor, más que un entrenador, más que un director técnico. Estas Chivas necesitan un proyecto serio, unas bases bien firmes, una identidad, una apuesta seria para intentar regresar poco a poco a ser un equipo grande, protagonista y candidato al título, tal cual lo exige su historia, su grandeza.
¿Pero quién podrá apacentar este rebaño? Lleno de soberbia, de orgullo, de egos, de espejismos y fantasías, de nombres más que hombres, figuritas que pretender ser, o quienes fueron y ya no son, y con su trayectoria quieren meter goles y saciar a una fanaticada a la que con muy poco enamoran y conquistan. O me pregunto: ¿Hace cuánto tiempo que de verdad este rebaño ha dejado de ser sagrado? ¿Desde cuándo no son verdaderos candidatos al título, no por prestigio, sino por realidad? ¿Desde hace cuánto Chivas no tiene a los mejores jugadores mexicanos? ¿Desde cuándo no son superlíderes? ¿Desde hace cuándo no son los favoritos? ¿Desde hace cuándo se permite perder el Clásico nacional? ¿Desde cuándo se pierde el Clásico tapatío sin que suceda nada?
¿Desde cuándo son eliminados por el acérrimo rival de la ciudad y tan campantes se van de vacaciones? ¿Desde cuándo no hay una voz de mando, desde cuándo, desde cuándo?…
Sea quien sea que tome el mando de este rebaño, la solución no va estar en cómo jugar, en cómo entrenar, ni siquiera a quién tener.
La verdadera solución para regresar a ser grande radica en qué proyecto se va a sustentar, qué disciplina institucional se va a plasmar y quién la va aplicar. Ya es hora de asumir responsabilidades y obligaciones, de darse cuenta que este es el equipo más popular, más querido del futbol mexicano y que con puros mexicanos de verdad y no de papel, pueden regresar a hacer de Chivas el verdadero Rebaño Sagrado.