El lunes 25 de noviembre, Donald Trump dijo que, desde el 20 de enero de 2025, su primer día en el cargo, impondría un arancel general del 25% a todos los productos importados desde México y Canadá, y un arancel adicional del 10% a los productos originarios de China, y estableció que dichos aranceles permanecerán vigentes hasta que las drogas, en particular el fentanilo, y todos los inmigrantes ilegales, detengan la invasión hacia Estados Unidos.
Los aranceles son impuestos a la importación que incrementan los precios que paga el importador, y cuando éste no tiene un margen suficiente de ganancia, lo traslada al precio de venta que el consumidor termina pagando. Un arancel busca reducir las importaciones y proteger al productor local de la competencia, pero si no hay suficiente producción interna de esos bienes, se genera inmediatamente inflación.
De acuerdo con un análisis de Yahoo!finance, dichos aranceles podrían incrementar los precios de venta de productos electrónicos, de forma que el consumidor norteamericano acabaría pagando por una laptop o una tablet un 45% más, por una consola de videojuegos un 39.9% más, para un monitor el incremento en el precio sería del 31.2%, un smartphone de 25.8%, baterías de litio un 12.1% y accesorios para computadoras un 10.9%, etcétera.
México es uno de los principales exportadores de productos electrónicos hacia Estados Unidos. En 2023 Estados Unidos importó el 17% del total de teléfonos móviles desde México, lo que representó 11 mil 118 millones de dólares. En materia de computadoras portátiles, México ocupó el segundo lugar como proveedor, con el 29.7%, lo que representó 36 mil 753 millones de dólares en 2022. Con respecto a los videojuegos, consolas y máquinas de videojuegos, importa desde México el 11% del total, lo que representó mil 631 millones de dólares en 2023. En 2022 desde México importó el 88% de los monitores y proyectores lo que implicó 21 millones 200 mil dólares.
Es muy difícil que Trump pueda mantener lo dicho por las implicaciones que dichos aranceles tendrán sobre el precio final que pagará el consumidor y por ende la inflación en Estados Unidos.
Si México responde a dichos aranceles con más aranceles, y se inicia una guerra comercial, los consumidores en México también terminarán pagando más, lo que elevará la inflación y con ello la tasa de interés objetivo del Banco de México, principal instrumento utilizado para combatir la inflación. Un aumento en la tasa de Banco de México, incrementa todas las tasas de interés bancarias, aumenta el ahorro, encarece el crédito y disminuye la inversión productiva, con un costo negativo al desacelerar el crecimiento económico.Las guerras comerciales son muy negativas para los consumidores y productores de los países involucrados y finalmente, los gobiernos tienen que cubrir los costos políticos de tal desastre.