Los datos de desaparecidos en Jalisco entre los años 2018-2024, arrojan más de 9,000 desapariciones en el Estado. En promedio, se habla de cinco ausencias diarias reportadas ante las autoridades y se dice en promedio, puesto que desde el año 2022 Jalisco dejó de aportar datos al Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, reportando únicamente información al Registro Estatal de Personas Desaparecidas, el cual como lo señala el Centro de Justicia para la Paz y Desarrollo (CEPAD), carece de control estricto para dar cifras exactas en cuanto a las desapariciones de personas. Lo anterior, máxime porque incluso se borraron todos los datos del primero de los registros, antes de dejarlo de nutrir con dicha información.
A pesar de que existe un protocolo federal homologado para actuar en caso de desaparición, es increíble que en Jalisco todavía muchas de las autoridades señalan que tienen que pasar mínimo 72 horas para iniciar con la investigación por desaparición, cuando el protocolo es muy claro al establecer que las primeras 48 horas son cruciales para tener mayores posibilidades de dar con el paradero de la persona desaparecida, toda vez que se debe geolocalizar el teléfono de la persona, pedir las “sabanas” de telecomunicación para saber quiénes fueron sus últimas conexiones en llamadas, así como debe revisarse su actividad bancaria y poder cerrar el perímetro para tener mayor posibilidad de éxito en la búsqueda, situación que como ya señalé, no acontece.
Esperemos que en este sexenio que inicia de la mano del gobernador Pablo Lemus Navarro, lejos de reprimir las manifestaciones de las familias de los desaparecidos, como fue el caso de aquella del 5 de junio, tengamos una Fiscalía más humana que sea empática con el dolor de las familias, que lo único que buscan es recuperar a sus seres queridos.
De igual manera, esperemos se deje de lucrar con el tema de las desapariciones, únicamente para atraer reflectores políticos, sin que en la realidad emprendan nuevas acciones materiales y humanas para dar solución al problema más grave que tiene nuestro Estado.