Luego del desplome de la moneda en Brasil, los mercados financieros están en la mira, pues los inversores han perdido la fe en la capacidad del gobierno para contener la crisis fiscal.
Reportan que en las ventas que hizo que el real se desplomara a un mínimo histórico que afectaría a todos; desde las acciones hasta la deuda en moneda local y los bonos en dólares, donde los operadores incluso están acumulando fondos de cobertura contra un impago soberano.
Señalan que las medidas extraordinarias que adoptó el martes el banco central para frenar la caída de la moneda son poco más que una solución temporal.
Esta caída, que es cada día mayor, muestra que los inversores son cada vez más escépticos respecto de que el presidente Luiz Inácio Lula da Silva esté decidido a controlar el creciente déficit fiscal.
La cotización del dólar volvió este martes a romper un récord en Brasil al superar los 6,20 reales, continuando la depreciación de la moneda brasileña mientras persisten las preocupaciones de los inversores sobre el compromiso fiscal del gobierno de Lula.
Hacia las 12 horas de este 17 de diciembre, el precio del dólar alcanzó los 6,208 reales, según el diario Folha de S. Paulo.
De acuerdo con el sitio del Banco Central de Brasil, el billete verde cerró en 6,168 reales.
La moneda estadounidense superó a fines de noviembre el umbral de los 6 reales por primera vez en la historia, después de que el gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva anunciara un paquete de medidas de ajuste fiscal considerado insuficiente por el sector financiero.
El programa de ajuste, que combina revisión de topes salariales y de las jubilaciones militares con reducción impositiva a ciudadanos de ingreso medio, ahondó la desconfianza del mercado, en lugar de garantizar que se cumplirá el marco fiscal, la norma que limita el crecimiento del gasto hasta 2026, cuando terminará el mandato de Lula.