El inminente retiro de una leyenda del automovilismo mexicano.
La noticia del abandono de Sergio “Checo” Perez a la escudería Red Bull es más que un caso común dentro de las decenas de cambios que han existido en el mundo de la Fórmula 1. Se trata no solo de un ídolo mexicano que a más de decirse histórico, es también la inspiración de un continente entero llevando la bandera de toda Latinoamérica.
Luego de romper barreras, colgarse medallas y alzar trofeos, quien se consagró como subcampeón mundial de la máxima categoría del automovilismo en 2023, anunció su retiro de las pistas de la mano de los toros de Red Bull y con ello, todos sus seguidores.
“Checo” es un caso de estudio. La cara más amigable del entorno mexicano, pues al ser la representación del tapatío, al verlo plasmado hasta en la caja de avena por la mañana en el cereal, siempre y a como diera lugar era defendido y aplaudido con la intensidad de nuestros colores, porque eso somos, intensidad y pasión.
Sergio “Checo” Pérez nos dio un mensaje a todos los mexicanos: la leyenda de que los sueños se cumplen y que a donde va uno, vamos todos.
Su salida, como lo mencioné, es también la salida de cientos de miles de sus seguidores, plasmándose así una reacción automática en las redes sociales del mismo equipo que fuera su casa por cuatro años.
El furor de los mexicanos va más allá de la identificación de una persona como Sergio “Checo” Pérez. Es la admiración, el reconocimiento y desde luego, la aspiración a cumplir nuestros propios sueños, además de escuchar el nombre de nuestro país, en lo alto de forma internacional.
Pese a que Sergio Pérez se retire o no de la automovilismo, el tapatío ya hizo historia y su nombre quedará marcado con letras doradas.