Seamos optimistas y veamos 2025 con ánimo positivo.
Por supuesto que viene un año difícil, pero superable. Hay cientos de problemas económicos. La política federal de gasto social parece destinada a crear un agujero en la bolsa del presupuesto de egresos. Hay que apoyar la entrega de becas, pero todo tiene un límite y el dinero no es excepción. Ojalá todo resulte menos mal de lo que se pudiera.
Y luego vienen Mr. Trump y sus amenazas a la economía nacional de México. Muchas de las bravatas serán eso, pero algunas otras sí alcanzarán a impactar, sobre todo en materia de producción de autos. No olvidemos la influencia de Elon Musk en el próximo presidente de Estados Unidos. Musk es un rival acérrimo de los autos chinos, esos que tanto se venden en México y a los cuales Trump y Musk proponen gravar con impuestos de hasta 100 por ciento de su valor comercial.
Seamos optimistas y esperemos que Pablo Lemus y su gabinete tengan un gran año. Que en materia de seguridad haya grandes avances, y que el tema de los desaparecidos comience a solucionarse. La economía local no le preocupa tanto: los jaliscienses somos gente trabajadora y consciente. Si hubiera baches, los superaremos como siempre.
Además, tendremos la Línea 4 del transporte. Y comenzarán con la 5. Esas son buenas noticias.
Y en materia municipal, tampoco espero muchos problemas. En todo caso el de la limpieza de Guadalajara (recuerden que ahora ya no es correcto hablar de basura). Si los tapatíos nos aplicamos a producir menos desperdicios, y trabajamos de manera coordinada con la administración de Verónica Delgadillo, todo será mejor.
Así que disfrutemos lo que resta de 2024, que tantas novedades nos trajo.
Les deseo a todos que pasen felices fiestas, y que el 2025 lo afrontemos con entereza. ¡Claro que sí!