Blavatnik Index 2024: ¿Cómo evalúan a México y sus instituciones?
La calidad de las administraciones públicas no solo define el presente de las naciones, sino que también proyecta su futuro. En este contexto, el recién publicado “Índice Blavatnik de Administración Pública 2024” (Blavatnik Index of Public Administration 2024), desarrollado por la Blavatnik School of Government de la Universidad de Oxford, representa un esfuerzo monumental por comparar y entender cómo los gobiernos gestionan sus recursos, personal y estrategias. Con 120 países evaluados, este índice es una herramienta que va más allá de los números: invita a la reflexión sobre el estado de nuestras instituciones públicas y su impacto en nuestras vidas.
El índice mide cuatro grandes dominios: Estrategia y Liderazgo, Políticas Públicas, Entrega Nacional y Personas y Procesos. En términos metodológicos, se utilizan 82 métricas provenientes de 17 fuentes distintas, garantizando un análisis robusto. Los países líderes en esta edición son Singapur, Noruega, Canadá y Dinamarca, destacándose por la innovación, integridad y la eficiencia en la implementación de políticas públicas. En contraste, México ocupa un lugar intermedio, lo cual no sorprende, pero tampoco tranquiliza.
La posición de México refleja tanto sus fortalezas como sus debilidades. En áreas como la inclusión y diversidad del personal público, nuestro país muestra avances significativos, especialmente con políticas que buscan incorporar más mujeres y grupos minoritarios en las administraciones. Sin embargo, la transparencia y la rendición de cuentas siguen siendo un reto. La falta de integridad en procesos clave, como la contratación pública (Servicio Civil de Carrera) y la asignación de recursos, continúa frenando el desarrollo de una administración pública sólida y confiable.
El índice no solo diagnostica, sino que también invita a los gobiernos a aprender de las mejores prácticas globales. Por ejemplo, Singapur lidera en la entrega nacional, gracias a su apuesta por la digitalización de servicios públicos, mientras que Noruega es un referente en integridad y valores del servicio público. Para México, este tipo de comparaciones debería servir como un espejo: ¿qué estamos haciendo bien, qué debemos mejorar y cómo podemos avanzar?
Más allá de las cifras, este tipo de evaluaciones internacionales son un llamado de atención. Si bien es fácil descalificar a quienes analizan desde el exterior, sería más inteligente ver en estos estudios una oportunidad para crecer. México tiene una rica tradición de análisis institucional; sin embargo, carecemos de indicadores tan amplios y comparativos como el Blavatnik Index. ¿Por qué no adoptamos modelos similares para medir el desempeño de nuestras administraciones públicas a nivel local y nacional?
Este índice también nos recuerda la importancia de visibilizar cómo el mundo nos analiza. México no existe en un vacío; nuestras políticas públicas, nuestra capacidad de respuesta ante crisis y la manera en que gestionamos los recursos impactan nuestra reputación global. En un mundo interconectado, la calidad de nuestra administración pública puede ser el diferenciador entre atraer inversiones y generar confianza o caer en la irrelevancia.
El Índice de Administración Pública no solo mide a los gobiernos; los interpela. Para México, el mensaje es claro: hay que apostar por la profesionalización del servicio público, por un liderazgo ético y por una transparencia que deje de ser un ideal y se convierta en la norma. Porque solo desde administraciones públicas fuertes podremos garantizar un futuro más justo y próspero para todos.
El estudio puede ser consultado en: https://index.bsg.ox.ac.uk/
