Se va , se va, se va… se fue

Sin lugar a duda este año 2024 ha sido un ciclo de claroscuros, siempre un año de Juegos Olímpicos es diferente, relevante, trascendente, lleno de glorias e infiernos, de lágrimas producto de los grandes récords, pero también de los grandes fracasos, París fue indiscutiblemente un parteaguas de la máxima justa deportiva mundial en la que no pararíamos en estas líneas de hablar, sin embargo, tenemos que hacer un rápido recorrido por lo más importante de este año que se nos va.

Cómo vamos a olvidar el tricampeonato de las Águilas del América en el futbol mexicano, nos guste o no, no podemos quitarle merito a una institución que le ha regresado la grandeza a un equipo que estaba aletargado y que hoy, sí hoy, podemos odiarlo más, pero también reconocerlo más, porque siendo aficionado o fanático de cualquier otro conjunto, seguro estoy quisiéramos estar viviendo la gloria de los títulos conseguidos por el cuadro amarillo. Así podríamos recordar los grandes títulos en la Champions, Eurocopa, Copa América, Formula 1, NBA, NFL, o quizá del adiós de las canchas del Rafa Nadal, uno de los más grandes tenistas de la historia o las grandes peleas del tapatío Saúl Canelo Álvarez, pero hoy, hoy también tenemos que recordar a quienes se nos fueron, personajes valiosos en el mundo deportivo.

Voy a comenzar por un grande de grandes, ídolo de México y de muchas partes del mundo, el gran “Toro” Valenzuela, Fernando se fue para realizar sus mejores lanzamientos en el cielo, allá donde grandes peloteros lo esperaban para unirse el equipo de estrellas del firmamento, adiós Toro, y gracias por tantos y tantos momentos de gloria. Este 2024 se nos fueron figuras de la talla de César Luis Menotti, Franz Beckenbaguer, Sven Goran Erickson, por mencionar a quienes de una u otra manera dejaron huella no solamente en el futbol mundial, sino en nuestra propia nación, viejos conocidos que nos dejaron marcados.

Muchos otros seres se nos adelantaron en el camino, pero hoy quiero hacer mención de dos colegas con quien tuve la oportunidad de convivir, incluso de trabajar en el día a día y que no puedo dejar pasar porque su partida tocó fibras muy profundas de este servidor: Señor André Marín, Señor Francisco Villa, gracias, muchas gracias por los momentos de conversación, de discusión incluso de insultos, porque siempre fueron apasionados, comprometidos con su verdad, auténticos, y profesionales muy profesionales, de verdad gracias hasta el cielo por haberme permitido conocerlos.

El año se va, se va, de hecho ya se fue y espero que todos, todos, hayan logrado alcanzar los objetivos trazados y si no, no se preocupen porque ya nos aguarda el 2025 y tendremos la oportunidad una vez más de poderlo lograr, abrazo fuerte y sincero con el deseo enorme de que toda venga mucho mejor.