En la Ciudad de México, se celebró este jueves 16 de enero una reunión de todos los presidentes municipales y todos los gobernadores del país, con la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. Sorprende la naturaleza del encuentro… de acuerdo con los registros oficiales, en México hay dos mil 478 municipios, que junto con los 32 mandatarios estatales, resulta en una reunión de dos mil 510 personas con la presidenta.
¿Qué acuerdos pueden concretarse? ¿Qué diálogo puede desarrollarse en una concentración de personas de ese tamaño?
Como es natural, la única dinámica que podía funcionar era la de un mensaje único de parte del personaje anfitrión: Claudia Sheinbaum.
Así, la presidenta destacó tres temas dirigidos a todos en el encuentro: pacificación, acceso al agua potable y protección de los derechos de los pueblos indígenas.
La enorme extensión del territorio mexicano y las variadísimas condiciones de los municipios en el país –las diferencias entre algún municipio oaxaqueño, Tijuana, o una demarcación en la costa veracruzana son enormes–, hacen imposible que se genere un análisis rápido y manejable que además, permita la generación de una política pública específica.
Adicionalmente, la disposición de recursos públicos y la generación de programas aplicados por las diferentes secretarías del gobierno federal, ya determinan desde antes del inicio del año las posibilidades para cada municipio mexicano.
Con el encuentro, se puede conseguir la reafirmación del liderazgo de la presidenta Sheinbaum, por si alguien no lo tenía claro.
Dirigirse a todos y especificar que no pueden ser más importantes las diferentes políticas y de partido que las necesidades de atención a los ciudadanos, es un mensaje reiterado en todos los espacios, y no sólo en el discurso presidencial.
Acceder al agua potable requiere gigantescos esfuerzos en algunos puntos del país, mientras que en otros, es un problema menor.
Atender los derechos de los pueblos indígenas es un trabajo que se emprendió desde muchas décadas atrás en estados como Puebla, Oaxaca, Michoacán, Guerrero o Yucatán, por sólo mencionar algunos, pero que todavía tiene mucho camino por recorrer.
La pacificación en el país, por más que los alcaldes y los gobernadores lo deseen y trabajen por ello, es una meta que sólo puede alcanzarse con la colaboración firme y permanente del gobierno de la república. De hecho, así se plasmó en la Constitución con la creación de la Guardia Nacional y las reformas que le dan nuevas facultades a la Secretaría de Seguridad Ciudadana que encabeza Omar García Harfuch.
En síntesis, el encuentro con la presidenta no ofrece novedades, aunque puede reforzar el mensaje. Le toca a los alcaldes y a los gobernadores regresar a sus lugares de origen y hacer realidad, en lo que pueden, lo que se les recomendó.