Chivas, en Aguascalientes, demostró que no es el equipo sólido que se había mostrado en su casa. Además, también hay que reconocer que las dos ausencias que tuvo por Selección le pegaron, pero no es pretexto para asumir la responsabilidad de lo que pasa en el terreno de juego.
El equipo aguerrido, creativo, desbordado al ataque que vimos ante Santos, nada tuvo que ver con el que se presentó en el Estadio Victoria. Guadalajara seguro sufrirá mucho.
La afición de Chivas tiene años pidiendo que se le dé oportunidad a los jóvenes. Ahora que por necesidad o por gusto (interprete usted como quiera) los utiliza, ya los quieren reventar. Esto es un proceso; si algo caracteriza a los chivahermanos es la forma en la que arropan a los que vienen de fuera y cómo revientan y despedazan a los que son de casa.
Por poner un ejemplo, Alexis Vega, el ahora jugador de Toluca se ganó el amor de los rojiblancos con sus goles ante el Atlas, pero nunca dio el estirón y la opinión general de la afición siempre fue, “pero tiene calidad”, “ya lo conocemos”, “un chispazo y cambia todo” y el resultado está demostrado. Ahora con los jóvenes, no quieren que se equivoquen; los mismos jóvenes que fueron campeones hace unos meses con Tapatío y que hoy viven un proceso en Primera División. Hace una semana se hablaban maravillas de Camberos, regresaron al radar a Padilla, Rey y la “Hormiga”… tiempo al tiempo.
Y hablando de tiempo, Javier Hernández por fin cumplió 90 minutos, casi un año después de que regresó; 20 partidos y 1 gol. Sólo dejo el dato. La esperanza del gol y la contundencia en el Rebaño se llama Alan Pulido y ahora sí, habrá competencia por ese puesto.
“Chícharo” ya no sentirá la comodidad de decidir cuándo sí y cuándo no juega, pues Pulido viene con la determinación de ser titular y cubrir esa carencia que tanto tiene afectando al Guadalajara.