Posibles implicaciones de un impuesto del 10% a las remesas

El día de hoy Donald Trump toma posesión como el cuadragésimo séptimo (47) presidente de los Estados Unidos en un segundo mandato, y entre sus promesas está poner un impuesto del 10% a las remesas que nuestros connacionales envían desde Estados Unidos a sus parientes en México. Ello implicará un fuerte golpe a la economía familiar de los más necesitados en el país.

De acuerdo con el Banco de México, el 98% de las remesas provienen de Estados Unidos, y equivalen al 3.5% del PIB de México.
De enero a noviembre del 2024, el monto acumulado de remesas fue de 59 mil 518 millones de dólares, y si consideramos el período de los últimos doce meses, es decir de diciembre del 2023 a noviembre del 2024, el monto fue de 65 mil 015 millones de dólares. Traducido a pesos con un tipo de cambio promedio de $18.43 pesos por dólar, significó una entrada al país de 1 billón 198 mil 491 millones de pesos, esto es un promedio mensual de 99 mil 874 millones de pesos.

Un impuesto del 10% implicaría una reducción en automático de los ingresos recibidos, por el monto exacto del 10%, esto es un equivalente a 6 mil 502 millones de dólares menos para las familias en México. Ello equivale a 119 mil 849 millones de pesos menos.
Hay que recordar que las remesas son la segunda fuente de divisas del país, después de las exportaciones, y son una fuente de ingresos primordial para los más pobres, especialmente en áreas rurales. De cada peso que reciben estas familias, entre 70 y 80 centavos se utilizan para satisfacer necesidades básicas como alimentación, vestido, vivienda, salud, educación y pago de deudas.

De acuerdo con una investigación de la UNAM, para el 22% de las familias que reciben remesas es su única fuente de ingresos. De lo anterior se concluye que las remesas alivian la pobreza y permiten mejorar la calidad de vida de la población, y su reducción elevaría por lo tanto la pobreza, pero también la desigualdad, con el consecuente efecto sobre la estabilidad social y la delincuencia.
El anterior no sería el único impacto que tendría en México, ya que las remesas son la segunda fuente de divisas, con el 8.6% de la oferta total de dólares, por lo que una reducción de las mismas, implica una menor oferta de dólares en el mercado mexicano, lo que deprecia al peso frente al dólar, mientras que su incremento lo fortalece.

El impuesto al envío de remesas puede desincentivar a los migrantes a enviar dinero a sus familiares y que éstos busquen formas alternativas de apoyo financiero. Finalmente, podría generar descontento social y una mayor presión política sobre el gobierno mexicano.
En 2016, cuando Trump llegó por primera vez a la presidencia, las remesas se incrementaron un 28.5% en noviembre, a lo que se le denomino “Efecto Trump” debido a las amenazas de una deportación masiva. Los analistas estiman que una deportación masiva o un impuesto del 10% a las remesas es un escenario poco probable porque afectaría, principalmente a la economía en Estados Unidos que depende de forma importante de la fuerza de trabajo de los migrantes, y si consideramos que los migrantes envían entre un 28 y un 30% de lo que ganan, también impactaría a la economía de Estados Unidos con una reducción del consumo.