Este proceso refleja la complejidad de las políticas migratorias en Estados Unidos, donde las deportaciones masivas siguen siendo un tema de debate
La deportación de migrantes en situación irregular en Estados Unidos puede acelerarse para quienes ingresaron al país sin pasar por un control migratorio o sin juicio en una corte especializada. A continuación, se explica quiénes pueden ser detenidos y cómo transcurre el proceso.
El estado de emergencia nacional declarado en la frontera con México refuerza las políticas migratorias estadounidenses. Según datos oficiales, un migrante puede ser deportado si:
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) suele encargarse de los arrestos, que pueden iniciarse por la policía local o federal. Organizaciones como la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) recomiendan que los detenidos permanezcan en silencio y soliciten un abogado. Si son arrestados por ICE, tienen derecho a comunicarse con su consulado.
Un migrante puede enfrentar dos escenarios:
El Departamento de Seguridad Interior puede liberar al migrante bajo fianza mientras continúa el proceso. También pueden optar por la salida voluntaria, aunque los criterios son estrictos.
En la mayoría de los casos, los migrantes mexicanos son trasladados a la frontera más cercana. Para otras nacionalidades, suelen ser deportados por vía aérea, con los gastos cubiertos por el gobierno estadounidense.
Migrantes con delitos no violentos pueden acogerse al programa Rapid REPAT, que les permite salir de prisión rumbo a sus países de origen. Sin embargo, en el caso de naciones como Cuba, Venezuela y Nicaragua, aún no se define si están dispuestas a recibir a sus migrantes ni en qué condiciones.
Este proceso refleja la complejidad de las políticas migratorias en Estados Unidos, donde las deportaciones masivas siguen siendo un tema de debate.