A finales de esta semana entraría en vigor la promesa del presidente estadounidense Donald Trump, de imponer un arancel del 25% a productos importados de México y Canadá. Esta medida ha puesto de cabeza a empresarios, comerciantes y consumidores de los tres países miembros de América del Norte, que integran el Tratado de Libre Comercio, hoy T-MEC. La medida –de acuerdo con expertos– podría provocar una desaceleración en la economía nacional.
Para México, la medida sería letal, pues el 80% de las exportaciones de nuestro país, son enviadas a los Estados Unidos, de acuerdo con la Secretaría de Economía; principalmente productos como vehículos de motor y refacciones automotrices (que representan el 46% del valor total de las exportaciones), petróleo, electrodomésticos, cerveza, tequila, mezcal, frutos rojos, aguacate, entre otros productos del campo. Muchos de estos artículos son producidos y enviados desde Jalisco.
Lo que está en juego tiene un valor comercial de más de 1,5 billones de dólares, ya que esto representa el valor total de todos los bienes comercializados en Estados Unidos y Canadá, y entre Estados Unidos y México, de acuerdo con el diario estadounidense The New York Times. Y los efectos más inmediatos, incluirían un aumento de la inflación, pérdida de empleos y disminución del gasto.
Investigadores en Washington, estiman que podría haber una reducción del Producto Interno Bruto de Estados Unidos de aproximadamente 200 mil millones de dólares, durante el gobierno de Donald Trump. Sin embargo, los efectos para México y Canadá serían mucho más abruptos:
Mientras que en Canadá podría ver afectaciones en una relación comercial que representa 446 mil millones de dólares al año, por la exportación de uranio, energía hidroeléctrica, potasa y petróleo, entre otros, México podría enfrentar un proceso de desindustrialización, debido a las dificultades para reorientar nuestras exportaciones a nuevos mercados.
Lo anterior ocurre por la enorme dependencia mexicana del comercio con Estados Unidos, para muestra, la enorme cantidad de fábricas que operan a pequeñas distancias de la frontera, que están completamente enfocadas en atender un mercado estadounidense que en 2023 representó para nuestro país, 490 mil millones de dólares, de acuerdo con el banco BBVA. La pérdida de empleos, desaceleración económica y salida de capitales extranjeros también serán una amenaza.
En medio de este huracán de declaraciones, análisis y advertencias, por lo que podría ocurrir, el gobierno de Morena se ha mantenido en una posición completamente desalentadora por la falta de estrategias para hacer frente a este escenario, y la sobra de ocurrencias dictadas desde sus púlpitos. El tiempo se acorta ante la mirada atónita de empresarios, especialistas y todo un país que podría estar viviendo sus últimas horas como el principal socio comercial de Estados Unidos.