Hoy, estas líneas son dedicadas a los entrenadores del deporte de alto rendimiento. Mi reconocimiento a todos aquellos que siguen apostando por las nuevas generaciones. Sí, por los deportistas que comienza su andar en el alto rendimiento, quizás aún no tengan esos resultados que los coloquen en los reflectores, pero sí son las jóvenes promesas que se tiene que ir trabajando.
Son atletas que cuentan con el apoyo del entrenador que sabe que para figurar en este ámbito, se necesita un proceso, paciencia, resiliencia, compromiso y respeto por lo que hacen. Es una combinación de ingredientes que sirven para forjar a los nuevos deportistas que han demostrado tener esa hambre de consolidación.
Es el entrenador la clave para saber de qué está hecho el atleta; son ellos los que detentan esos nuevos talentos que pueden llegar a convertirse en referentes de cualquier deporte. Son los entrenadores los que ven en cada entrenamiento si el atleta está o no hecho para este camino, y quizás no tengan ese talento nato pero sí cuentan con esos deseos de ser diferentes; es ahí donde entra el tema de la confianza, donde no lo sueltas, donde lo encaminas, lo preparas, porque sabes que esas ganas pueden ser determinantes para lograr su meta.
Pocos son los entrenadores a quienes realmente les apasiona su profesión y nuestro reconocimiento para ellos, que siguen buscando en cada rincón un atleta que pueda brillar a nivel nacional e internacional.
Los entrenadores se convierten en los segundos padres porque pasan más tiempo con ellos; los confidentes, los mentores. Bien por ellos, por esa paciencia de enseñar. Gracias por no soltar al atleta, por estar con ellos en su peor y mejor momento, por alentarnos a no tirar la toalla cuando se presenta una adversidad.
Más entrenadores con esa pasión; más como ustedes para seguir consolidando a las nuevas figuras del deporte en los escenarios más importantes del orbe.