Las investigaciones de la NTSB pueden tardar más de un año en completarse, aunque se espera un informe preliminar en 30 días
Los familiares de las víctimas del choque entre un avión de American Airlines y un helicóptero Black Hawk del Ejército en el río Potomac visitaron el lugar del incidente mientras las labores de recuperación continúan. Las autoridades han identificado a 55 de las 67 personas fallecidas.
Equipos de buzos inspeccionan los restos sumergidos en busca de más cuerpos y trabajan en condiciones difíciles debido a las bajas temperaturas del agua. Un buzo fue atendido en un hospital por hipotermia. Se espera que los restos de las aeronaves sean retirados del agua a partir del lunes y trasladados a un hangar para su análisis.
El jefe de Bomberos y Servicios Médicos de Emergencia de Washington, D.C., John Donnelly, señaló que la recuperación de los cuerpos es la prioridad. El coronel Francis B. Pera, del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, explicó que los equipos de rescate detendrán cualquier movimiento de escombros si encuentran un cuerpo.
Los investigadores federales analizan los datos de vuelo para determinar las causas del accidente. La Junta Nacional de Seguridad del Transporte (NTSB) informó que hubo discrepancias en las altitudes registradas por el avión y el helicóptero antes del impacto. Según los registros, el avión volaba a 325 pies de altitud, mientras que los datos de la torre de control ubicaban al helicóptero a 200 pies, la altitud máxima permitida en la zona.
Cinco controladores aéreos estaban en servicio al momento del choque. Un informe de la Administración Federal de Aviación (FAA) señaló que las tareas de control de tráfico aéreo se combinaron antes de lo habitual la noche del accidente.
Las investigaciones de la NTSB pueden tardar más de un año en completarse, aunque se espera un informe preliminar en 30 días.