En la primera ocasión que Donald Trump llegó a la Presidencia de Estados Unidos se lanzó la alerta de que los exportadores mexicanos debían explorar otros países para vender sus productos, con la intención de evitar abusos o presiones del republicano. Tan sólo en 2017, el primer año al frente de la Casa Blanca, México registró exportaciones a Estados Unidos por un valor de 409 mil 396 millones de dólares, la gran mayoría a Estados Unidos.
Ocho años después, el monto de las exportaciones se disparó a 617 mil 100 millones de dólares. Si bien algunos empresarios o industriales se arriesgaron y exploraron nuevos mercados, continúa la misma tendencia: Norteamérica es el principal receptor de los productos de los mexicanos. No se arriesgaron y ahora enfrentan un embate más agresivo de Trump, tras anunciar el incremento en los aranceles.
El pasado sábado, el presidente aprobó una orden que establece aumentos en los aranceles a las importaciones provenientes de México, Canadá y China. Así cumplió sus promesas de campaña: serán 10% de incrementos a todas las importaciones de China y del 25% a las provenientes de México y Canadá, sus principales socios comerciales.
Expertos opinan que el incremento en los precios de los productos detonará una mayor inflación en Estados Unidos, que terminará salpicando a México. Además, ante las medidas similares tomadas por Claudia Sheinbaum también se espera un aumento en los productos estadounidenses importados a México. ¿Quién pierde? Además de los empresarios o industriales, los consumidores.
Si aterrizamos el tema en Jalisco, las exportaciones de productos a Estados Unidos representan 79.9%, equivalentes a 28 mil 865 millones de dólares al año, según la Secretaría de Economía de México.
A nivel general, los teléfonos móviles y de otras redes inalámbricas son el principal producto que se vende al extranjero (13.3%), seguidos por los automóviles y otros vehículos (9.37%), alcohol etílico (9.32%), frutas y nueces (8.7%), así como las máquinas y unidades de procesamiento de datos (8.5%).
Son los productos que los mexicanos evitaron expandir a otros continentes, por lo que ahora enfrentarán una crisis. No aprendieron la primera lección y ahora enfrentan las consecuencias.