El sábado primero de febrero el presidente Donald Trump firmó la orden ejecutiva para imponer aranceles del 25% a México y Canadá, sin embargo, el día de hoy estableció una pausa de un mes para la aplicación de dichos aranceles. Todo lo anterior son amenazas para lograr sus objetivos políticos, pero nada nos garantiza ni que las cumpla ni que no las cumpla, por ello es importante establecer cuáles podrían ser los efectos negativos sobre ambas economías de cumplir sus amagos.
La relación comercial entre México y Estados Unidos es la más grande a nivel mundial. Durante 2024 fue de aproximadamente 746 mil millones de dólares. México es el principal socio comercial de Estados Unidos y diariamente se intercambian mil 500 millones de dólares. Durante el último sexenio las importaciones realizadas desde México por Estados Unidos pasaron del 13% al 16% del total.
Las exportaciones de México hacia Estados Unidos representan el 38% del Producto Interno Bruto de México, y entre el 80 y el 85% del total exportado por México va a ese país. Estas exportaciones generan el 81% de la oferta total de dólares en el país, mientras que alrededor del 45% de lo que importamos proviene de Estados Unidos.
Nuestras cadenas de valor están sumamente integradas, y aunque la interdependencia es asimétrica y desde luego México depende más de Estados Unidos, los efectos de los aranceles serán sumamente costosos para sectores clave en Estados Unidos como: la industria automotriz, ya que representan el 19% de los vehículos que ellos importan (y el 29% del total de nuestras exportaciones); la electrónica, destacando los electrodomésticos de los cuales el 89% de lo producido en México va hacia ese mercado; el 30% de las computadoras de las cuales somos su quinto proveedor; el 50% de las pantallas que exportamos, el 33% de los refrigeradores y el 88% de las exportaciones de autopartes. Estados Unidos importa desde México el 47% de las frutas y frutos secos y el 80% de la cerveza.
Si el gobierno de México llegara a responder imponiendo también aranceles generalizados, se vendría una guerra comercial que no se limitaría a los socios del T-MEC, sino que afectará a otras grandes economías porque México es el tercer país dentro de la OCDE con mayor participación en las cadenas globales de valor.
Los amagos sobre la imposición de aranceles e impuestos sobre las remesas ya se reflejaron sobre el precio del dólar, generando una fuerte volatilidad que impide la planeación financiera y presupuestaria de empresas con operaciones en el comercio internacional, deuda externa e inversión extranjera, y en función de las negociaciones que se establezcan con el gobierno de México dicha volatilidad puede aumentar o disminuir, sin embargo, ello genera ya problemas de planeación financiera.
Otras implicaciones de cumplirse las amenazas tienen que ver con la inflación, ya que dichos aranceles elevarán el precio de venta de los productos importados y los insumos importados para la producción de bienes y servicios; dicha inflación en Estados Unidos se traspasará a México dado que el 90% de lo que México importa es materia prima, maquinaria y equipo, por lo que los bancos centrales de ambos países subirán de nuevo la tasa de interés de referencia, encareciendo todo tipo de crédito bancario, lo que reducirá el consumo de las familias y la inversión productiva de las empresas, y todo en conjunto sumirá a México y a Estados Unidos en una crisis económica, que es mucho más severa que una recesión. De forma que finalmente empresas y familias de ambos países saldrán perjudicados, pero también los gobiernos.
De acuerdo con Moody’s, la aplicación de aranceles generalizados a México del 25%, reduciría el PIB en 1%, incrementaría la inflación entre 25 y 30 puntos base antes de 6 meses; para Standard and Poor’s generaría una recesión y el precio del dólar podría llegar a $22.28 pesos para fines del 2025. El Peterson Institute of International Economics estima una contracción del PIB de 2% durante un horizonte de siete años con un efecto negativo de 20 a 30 puntos base del PIB potencial y un incremento en la inflación de 2.29 por ciento.
México no es el único que saldrá perdiendo y el equipo de asesores de Trump lo sabe, sin embargo, la decisión final compete al presidente. Esperemos que solo sean amenazas para sacar ventaja en las negociaciones y que finalmente no se concreten.