Se está llevando a cabo la temporada de premios por todos lados: música, cine y televisión, teniendo como núcleo un país como los Estados Unidos, donde la nación de las barras y las estrellas ha sido exportadora de material de entretenimiento desde el inicio de su historia.
Ahora, pasando por un momento crucial en temas políticos para América del Norte y el mundo, todo apunta a que aquellas estrellas inalcanzables, se han bajado de donde pretendían estar, esto para quitarse las “cadenas” y alzar la voz siendo lo que son: líderes de opinión, seguidos por masas.
Famosos, quienes mantienen una fuerte influencia en todos aquellos ojos que se han posicionado sobre ellos, pueden despertar esa fuerza que los hace más que compatibles al consumismo, a imponer modas y vender productos; también pueden prestar su voz a cambios sociales y caminar de la mano de aquellos que los han acompañado por tanto.
Eventos de élite como los Grammys, los Oscar, MET GALA, entre otros, han permanecido como focos de atención que quedan dentro de la superficialidad; los vestuarios, las presentaciones y los comentarios de gusto y disgusto en las redes sociales, mientras son pocos los que osan el tomar el micrófono y emitir comentarios fuera de lo ordinario, pues para bien o mal, todos estos mensajes que parecieran no ser relevantes, han iniciado a llevar su respectivo poder político a los demás.
¿Vale la pena el fingir que todo está bien para obtener un estatus, o es mejor gritar por lo justo utilizando nuestra voz?
Lady Gaga, Chappell Roan y Shakira, nombres de mujeres que han alzado la voz, cada una por su lucha, dando visibilidad a las personas trans en un país donde cada vez se tratan más como tabú, hablando de los derechos de los artistas como un seguro digno, y humanizando también a los migrantes como las personas trabajadoras y soñadoras que son.
Cada uno emprende su lucha en un país, en un continente y en un entorno social del siglo en donde parece que estos intereses humanos han sido puestos a un lado por buscar entretenimiento e influencia sin conciencia.
Las voces y los micrófonos han sido abiertos. Queda que los mensajes de aquellos que posiblemente sigamos en series, películas, álbumes y música, resuenen con cambios internos en nosotros mismos, o buscar ser los propios “influencers” de un cambio de conciencia en el entorno, que inicia hoy.