Caen gordos, pero en algo tienen razón Donald Trump y sus colaboradores: en buena parte de México (Jalisco incluido) hay una presencia tan fuerte del crimen organizado que pareciera que son los delincuentes quienes mandan en esos territorios.
Una y otra vez, Trump y sus aliados lanzan declaraciones tronantes contra el crimen organizado, al grado de que parece que lo hacen simplemente para molestar. De hecho, sí molesta. Pero luego vemos que la esposa de un presidente municipal en Jalisco fue secuestrada por criminales para exigir al marido que cambie al director de la policía local por uno que les convenga a ellos, y termina ocurriendo eso.
O vemos que en Jalisco una alcaldesa del Norte del Estado solicita licencia de manera indefinida por presuntamente razones personales, pero en el municipio en cuestión todos dicen que estaba amenazada por el narco.
O una alcaldesa michoacana viaja a Guadalajara y termina siendo secuestrada por un cártel. O policías viales locales terminan siendo asesinados en una embocada. O policías municipales secuestran a extranjeros y los entregan a quién sabe quiénes, y los foráneos nunca vuelven a aparecer. Y así, y así, y así.
Por supuesto que no quisiéramos ver agentes estadounidenses persiguiendo delincuentes en territorio mexicano. Y tampoco queremos que aviones de Estados Unidos sobrevuelen nuestro espacio aéreo con fines aún no claros. O la posibilidad de que un dron con tecnología gringa termine destruyendo un laboratorio de fentanilo.
Lo que queremos, asumo, es que las autoridades mexicanas, desde sus respectivos niveles de influencia, actúen contra los criminales. Y lo más importante, que desde cualquier esfera se prevenga en serio (no con becas u otras dádivas) la creación de células criminales.
No hablo de una guerra, pero sí de la aplicación de la justicia y la legalidad desde los rincones más lejanos, hasta las grandes ciudades. Costará trabajo, pero es necesario hacerlo. De lo contrario, abrimos la puerta a la tentación de que alguien lo haga por nosotros. Y eso sí nos caería más gordo.