Llegamos a la mitad del torneo en la LigaMX y el corte de caja nos indica que el futbol de Jalisco anda por los suelos. Sí, en la mediocridad total. Por un lado, las Chivas Rayadas del Guadalajara que dan una de cal por dos de arena, que cuando ganan no convencen y dejan la sensación de mucha fragilidad, porque si bien es cierto que en esta última jornada se impusieron a los Tuzos del Pachuca, dejaron mucho qué desear y sufrieron para poder quedarse con los tres puntos, prácticamente rezando a todos los santos y con el rosario en la mano; aun así los
Rojiblancos suman solamente 11 puntos para ubicarse en la décima posición de la clasificación general, agarrándose con las uñas de la mediocre reclasificación, sin un futbol convincente, sin un futuro cierto, sin un once claro, sin nada.
Por su parte, los Rojinegros del Atlas están peor. Los zorros perdieron con el único equipo que no había ganado en todo el torneo. Santos Laguna los derrotó este domingo y exhibió las carencias de jugadores, cuerpo técnico y directivos, quienes nomás no le dan buen rumbo al club.
Atlas, con esta derrota, se hunde en el lugar décimo quinto de la tabla al sumar solo siete puntos de 27 que ha disputado. El cuadro tapatío sólo ha ganado un partido, sí, sólo una victoria en lo que va del torneo y el panorama para el técnico mexicano Gonzalo Pineda pende de un hilo.
Esta es la triste realidad de los equipos tapatíos en el actual torneo del futbol mexicano, pero más allá de las posiciones en la tabla, está la solidez de sus proyectos y hablo de sus proyectos, que no necesaria y únicamente son de quienes los dirigen, sino precisamente quien está detrás de ellos, quienes velan por el futuro de los equipos, por tener un rumbo claro por saber a dónde van, cuáles son los objetivos a corto, mediano y largo plazo, porque un proyecto no es el nombre de quien se sienta a dirigirlo, sino el camino que se tiene para conseguir los resultados óptimos.
Así que seguiremos en Jalisco teniendo a dos equipos perdidos en sus propios nubarrones incapaces de tener autocrítica, secuestrados en sí mismo, en sus miserias, en su falta de identidad, de estilo, de fondo y de forma… quedará medio torneo más, pero así parecen estar más lejos cada vez de lo que su afición quiere y espera.