Desde el sexenio pasado los mexicanos hemos sido testigos de cómo el Poder Ejecutivo federal buscó eliminar la democracia para establecer una oligarquía constitucional, donde el presidente de la República incidiría en cada una de las decisiones que se tomarían en los otros 2 poderes: legislativo y judicial, llegándose a convertir actualmente en una oclocracia, muy lejos de la democracia que exige la Constitución de nuestro país.
El Congreso de la Unión ha sido tomado por el partido en el poder, pero aún teníamos el Poder Judicial para defender a los ciudadanos ante los embates del gobierno, lo cual se terminó con el gobierno actual, puesto que ya no existe independencia, así como se abrió la puerta a los grupos de la delincuencia organizada para que puedan inyectarle dinero a los candidatos a jueces, magistrados o ministros, de la misma forma que se politizó la posibilidad de acceder a dichos puestos, ya que el filtro para poder ser votado, depende del partido político gobernante.
A pesar de todo lo anterior, existe un tema todavía peor: la nueva Ley de Amparo aprobada el 19 de febrero del 2025, dejó sin efectos generales sus contenidos en favor de la población, en virtud de las resoluciones de amparo concedidas, por lo que sólo quienes promuevan sus amparos en lo particular, podrán recibir los beneficios de las resoluciones emitidas, contraviniendo el principio de progresividad que la misma Constitución enaltece.
De igual manera, la nueva ley prohíbe el amparo contra órganos de administración de justicia judicial y del tribunal de disciplina judicial, amordazando así a los jueces para que no resuelvan en contra del gobierno. Antes de esta ley, podía la Suprema Corte de Justicia de la Nación emitir amparos con efectos generales a favor de la población, pero hoy cada ciudadano deberá tramitar sus propios juicios de amparo si busca la protección de la justicia (y todos sabemos lo que cuesta tramitar un amparo), lo cual deja a la población desprotegida, siendo los que más tienen los únicos que podrán acceder a la protección constitucional.