La cita entre Trump y Zelenski del pasado viernes en el Salón Oval frente a los medios de comunicación, más que una reunión de aliados y felices acuerdos en pro de la paz en Ucrania, resultó una maquinación en donde el único objetivo era desautorizar a Volodímir Zelenski como líder del sufrido país y acusarlo de propiciar con su “comportamiento”, una tercera guerra mundial. Con tales argumentos la sesión no podía llegar a ningún civilizado final.
El video ampliamente difundido de la reunión, que debería haberse desarrollado de manera privada, dada la naturaleza del caso, no dejó lugar a dudas acerca de las reales intenciones del inquilino de la Casa Blanca que se hizo acompañar de su vicepresidente J.D. Vance, no conocido por sus amables formas de diálogo, para ejercer juntos mayor presión. Con el mencionado contexto, el acuerdo ganar-ganar, meta de todo buen cabildeo nunca estuvo en la mesa.
El lobbying político exige cumplir estrictas reglas, muchas de ellas del orden diplomático, pero otras más apegadas al mundo de los negocios y abogacía para tener éxito.
Revisemos algunas consideraciones en torno a la reunión ZELENSKI-TRUMP.
a) En sus relaciones con los poderes públicos, es cuestión prioritaria para toda organización o gobierno, conseguir la credibilidad, la confianza y en consecuencia una imagen positiva de sus intereses. Se trata de ganarse la adhesión de los tomadores de decisión hacia los intereses defendidos basándose en una política de comunicación clara y que proporcione valor. Lo sucedido el viernes 28, en Washington, provoca que el actual gobierno de los EE.UU. pierda credibilidad y seriedad de trato. Rompió con una regla de la alta diplomacia ante los ojos del mundo entero.
b) Innecesariamente, Trump y Vance, con su lección mal enfocada de geopolítica, crearon en su contra una poderosa red temática alimentada por las voces de la mayoría de los líderes de Europa que cerraron filas con Zelenski.
c) En el concierto de las naciones uno de los pilares que sostiene la gobernanza y la creación de los aliados es la lealtad y en este caso, los americanos desestimaron a sus viejos aliados, no tomándolos en cuenta sobre el tema; nos referimos a Inglaterra, España y Alemania, que ahora prometen a Zelenski no dejarle solo en su lucha contra Rusia, considerado el verdadero invasor de su territorio.
Después de este lamentable episodio en la Casa Blanca no queda ya ninguna duda. Los EE.UU. son aliados, al menos en este tema, de Rusia. La humillación política al presidente ucraniano, confirmó los temores.
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