Gerardo Espinoza le ha regresado algo a Chivas: la garra y el alma a los jugadores. Es cierto que apenas tiene dos partidos dirigidos, pero el Rebaño ya se ve diferente o por lo menos, se muestra diferente.
Es pronto para decir que ya se nota la idea del nuevo plantel, pero es tarde para mencionar que la entrega y el amor por la camiseta han regresado al redil.
Gerardo ha logrado transmitirle a su equipo lo que él era en el terreno de juego, un aguerrido, luchador, guerrero, hambriento de protagonismo y sobre todo, entregado a muerte por la camiseta que tenía.
Hace tiempo decíamos: “Preferimos 11 Briseño en el campo”. Quizá para muchos falto de técnica, pero con un corazón y unas amígdalas que a muchos les faltan.
Hoy, ese corazón está de regreso en el Rebaño Sagrado y de entrada, pese a que el apodado “Loco” llegó por lo que resta del torneo, es casi un hecho que ha ganado el crédito suficiente para quedarse como pastor del Rebaño.
Ha logrado que su equipo tenga orden defensivo y congeló al tricampeón. Nunca nadie había hecho que el América no marcará en dos partidos consecutivos desde la llegada de Jardine. Hoy, sus Chivas lo hicieron y están a 90 minutos de dejar eliminado al tricampeón de México en la Champions Cup.
Si lo logra, será una hazaña que nadie tenía en el radar. Si queda eliminado será algo que estaba presupuestado pero que dejaría claro que un proyecto con él sería lo mejor para los rojiblancos.
¿Qué opinas, te gustaría que Espinoza se quedara en Chivas?