Ahora resulta que nadie sabe nada. La mañana del martes (ayer) el fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, dijo en la conferencia La Mañanera del Pueblo, que van a investigar el tema del narco-rancho de Teuchitlán donde se presume adiestraban a jóvenes y asesinaban sin misericordia a quienes no alcanzaban los objetivos planteados por los criminales.
“Lo que nosotros vamos a hacer es establecer toda una línea de investigación sobre la historia de este caso; es decir, no es posible que una situación de esa naturaleza no haya sido conocida por las autoridades locales de ese municipio y del Estado”, dijo Gertz en la conferencia. Y remató: “Era un tema francamente conocido y nosotros tenemos que dar un informe muy preciso de los antecedentes”.
¿Pues qué creen? No necesita el señor fiscal hacer una investigación muy ardua. Basta con preguntar a la Guardia Nacional qué pasó, pues fueron elementos de esa corporación los que en septiembre detuvieron en el rancho a diez personas, liberaron a dos más, y encontraron un cadáver. Los guardias nacionales llevaron a los detenidos a la Fiscalía del Estado, y resguardaron esas instalaciones por espacio de casi medio día.
Lo que hay es, a mi juicio, una responsabilidad compartida entre autoridades estatales y federales. Si todos los días el presidente López Obrador encabezaba una reunión donde se daba parte de lo ocurrido a lo largo de una jornada, entonces tuvo que saber del rancho. Y si en esa reunión del 20 de septiembre de 2024 se habló del tema, entonces la FGR debe tener un registro de lo ocurrido.
Me queda claro que lo que ocurrió es que todos los responsables se hicieron de la vista gorda y no escarbaron más en el asunto. Detenidos a la cárcel, los liberados a su casa y el fallecido a la fosa común. Y ya.
Pero como ahora se hizo público el asunto gracias a los colectivos de buscadores, entonces todos ponen cara de sorpresa. Pero Gertz Manero ya era fiscal general, y su gente tampoco actuó en consecuencia.
Si de veras queremos seguridad y acabar con la delincuencia, entonces es necesario que todas las autoridades tomen en serio su trabajo.