Han pasado cinco años del inicio de una de las pandemias más nocivas que ha tenido este mundo y que nos mostró lo vulnerables que somos como seres humanos: El COVID. El 2020 fue el año en que vivimos en grave peligro y que nos retó como sociedad para buscar nuevas formas de socialización, trabajo y supervivencia.
¿Qué hacía usted cuando en marzo del 2020, le informaron que tenía que irse a su casa?…
– Así, sin más – muchas personas fuimos enviadas a nuestras casas con más incertidumbres que certezas, con el miedo dibujado en los rostros por saber que nos enfrentábamos a lo desconocido. Dejar nuestros puestos de manera abrupta debido al avance del virus que cepa tras cepa estaba avanzado en el mundo, significó aprender nuevas formas del ser y quehacer.
¿Qué cambió para la sociedad y para usted después de la pandemia?
En este quinto aniversario del confinamiento del mundo muchas cosas cambiaron; podemos afirmar que las emisiones de CO2 bajaron sus nocivos efectos, el teletrabajo llegó para quedarse y las vocaciones para convertirse en médico aumentaron. También las noticias falsas y los ciclos desinformativos hicieron su aparición para marcar una nueva época apoyados por la posverdad y las narrativas sin sustento.
Un tema delicado, sin duda, fue el disparo que tuvieron los niveles en la ansiedad y la depresión en las personas pues esta última aumentó en un 25%. A los adultos mayores, lamentablemente la soledad los alcanzó con mayor fuerza. Lo que parecía impensable hasta ese año, la pandemia lo hizo posible, el éxodo se invirtió de la ciudad al campo y surgieron nuevos trabajos que hasta la fecha se mantienen. Otros desaparecieron.
Por otra parte, la industria farmacéutica debido a la venta de las esperadas vacunas y los servicios de la logística, así como la de las ventas por internet, crecieron sus ventas e innovaron en la forma de comercializar sus productos. Amazon, Didi, Uber, las plataformas digitales y de streaming, se hicieron indispensables.
Hoy, a cinco años de estos acontecimientos en los que muchos de nuestros conocidos lamentablemente perdieron la vida, recordamos estos desagradables momentos que nos retaron como pueblos del mundo para volver a socializar con efectividad y armonía. Lo mejor de todo: salimos adelante, pero quedamos atentos a que estas irrupciones estén mejor monitoreadas para reaccionar más rápido, sin ideologías y politizaciones.
Lo que es cierto es que seguimos aprendiendo para a volver a confiar en el otro.
Seguimos en conexión.