Un jurado de Dakota del Norte condenó el miércoles a la oenegé Greenpeace a pagar más de 660 millones de dólares por perjuicios a una empresa energética que la demandó por protestar contra la construcción de un oleoducto, un caso clave sobre la libertad de expresión en Estados Unidos.
El veredicto es un duro golpe para el grupo ecologista, que fue demandado por Energy Transfer (ET), operador del oleoducto Dakota Access, de orquestar una campaña de violencia y difamación en su contra.
“Nos gustaría dar las gracias al juez y al jurado por la increíble cantidad de tiempo y esfuerzo que dedicaron a este caso”, dijo la compañía el miércoles.
“Aunque nos complace que Greenpeace tenga que rendir cuentas por sus acciones, esta victoria es realmente para la gente de Mandan y de todo Dakota del Norte que tuvo que vivir el acoso diario y las interrupciones causadas por los manifestantes que fueron financiados y entrenados por Greenpeace”.
Greenpeace denunció que este caso tenía como el objetivo de “silenciarla”.
Hace casi una década, la tribu sioux de Standing Rock protagonizó una de las mayores protestas de la historia de Estados Unidos contra la construcción de un oleoducto.
Cientos de manifestantes en aquellas protestas resultaron heridos y otros tantos detenidos, por lo que la ONU mostró su preocupación por las presuntas violaciones de la soberanía de los indígenas.
A pesar de que entró en funcionamiento en 2017, Energy Transfer siguió adelante con las acciones legales contra Greenpeace. Primero recurrió a un tribunal federal, donde pedía una indemnización de 300 millones de dólares, demanda que fue desestimada.