En abril de 2022, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador acordó con grandes empresas limitar los aumentos de precios de los artículos básicos, en un intento para controlar la inflación. Incluía la reducción de 25 artículos que formaban parte de la canasta básica en México.
Se llamó Acuerdo de Apertura contra la Inflación y la Carestía. Y según el entonces presidente, bajó 8% en promedio el precio de los productos. Pero no se sintió en los bolsillos de los mexicanos porque los alimentos y la gasolina continuaron con altos precios en diferentes temporadas del año.
Con ese contexto, en este mes Claudia Sheinbaum replicó un pacto, pero ahora con los gasolineros. Con el objetivo de “proteger la economía” de las familias, la presidenta firmó un acuerdo con los empresarios para establecer el precio de la gasolina Magna en 24 pesos el litro. Antes de ese acuerdo, según la Comisión Reguladora de Energía, 20% de las estaciones de servicio tenían precios mayores a los 24 pesos. Por otra parte, la gran mayoría vendía el combustible verde entre los 21.50 a los 23.50 pesos.
Sheinbaum explicó que el acuerdo es por seis meses para posteriormente ser evaluado y que pueda ser sujeto a cambios. ¿Qué pasó a un mes? Hay claroscuros.
Lo que se evidencia es que los consumidores perdieron. Se observa que la mitad de los que vendían la Magna a más de 24 pesos bajaron el precio y actualmente está por debajo de ese parámetro. Sin embargo, los que tenían precios menores aprovecharon y subieron a casi los 24 pesos. ¡Se pasaron de listos y ahora tienen mayores ganancias!
También se acentúa que los gasolineros que venden en menos de 23 pesos son señalados porque los vehículos presentan fallas en el rendimiento; por ejemplo, “cascabelean”. Se evidencia que no es de buena calidad esa gasolina.
En conclusión, el acuerdo terminó provocando más daños al consumidor y privilegiando a la mayoría de los gasolineros. ¿Por qué se fijó el precio en 24 y no en menos de 22 pesos?
Por que los empresarios nunca pierden.