El pasado 21 de marzo se celebró por primera vez el Día Mundial de los Glaciares. Además, la ONU ha declarado 2025 como el Año Internacional de los Glaciares, con el propósito de sensibilizarnos sobre el papel fundamental que desempeñan en el sostenimiento de la vida en la Tierra. Es importante destacarlo porque este año el Día Mundial del Agua tiene como lema: “Conservación de los glaciares”. Pero antes que nada, hemos de recordar que desde 1992, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el 22 de marzo como la fecha para conmemorar el Día Mundial del Agua, debido a la relevancia y trascendencia que tiene el vital líquido en el día a día de los seres vivos.
Aunque podría pensarse que actualmente existe una distribución justa y equitativa de agua en la sociedad, es preciso recalcar que en 2022, según datos del “Informe de actualización de 2023 del Programa Conjunto de Monitoreo (PCM) de la OMS y UNICEF, “Progreso en materia de agua potable, saneamiento e higiene en los hogares 2000-2022: Enfoque especial en cuestiones de género”, dos mil 200 millones de personas aún carecían de acceso a agua potable gestionada de forma segura. Además, al hablar de la problemática a la que nos enfrentamos referente a los glaciares, es importante resaltar que casi dos mil millones de personas dependen del agua de éstos, así como del deshielo y la escorrentía de las montañas, para consumo propio, la agricultura y la producción de energía.
Sin embargo, en ambos casos existe un problema en común: la contaminación. En primer lugar, ésta imposibilita que el agua llegue a más personas en un menor tiempo, debido a que debe sanearse para poder consumirse, lo cual genera costos de mantenimiento para la infraestructura destinada a dicha función, los cuales no siempre pueden ser asumidos por las autoridades. En segundo lugar, la contaminación emite gases de efecto invernadero a la atmósfera, lo que provoca el derretimiento de los glaciares a causa del calentamiento global, lo que a su vez genera un aumento en el nivel del mar, inundaciones, pérdida de hábitats y por supuesto, de agua dulce.
Por estos motivos, entre muchos otros, es primordial recordar año tras año, que aún falta mucho por hacer, y encaminar todos los esfuerzos para lograr que el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 6: Agua y Saneamiento, pueda cumplir al menos algunas de sus metas, como:
6.1 De aquí a 2030, lograr el acceso universal y equitativo al agua potable a un precio asequible para todos.
6.3 De aquí a 2030, mejorar la calidad del agua reduciendo la contaminación, eliminando el vertimiento y minimizando la emisión de productos químicos y materiales peligrosos, reduciendo a la mitad el porcentaje de aguas residuales sin tratar y aumentando considerablemente el reciclado y la reutilización sin riesgos a nivel mundial.
Es por ello que desde la Cuarta Visitaduría General de la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, se trabaja arduamente para defender, proteger y garantizar el acceso al derecho humano al agua, con el fin de evitar la vulneración de este derecho por parte de las autoridades ya que, en la mayoría de los casos, al hacerlo, se transgreden diversos derechos humanos en un solo acto.