Ricardo Villanueva, con la frente en alto

Ricardo Villanueva vive ya su última semana como rector general de la Universidad de Guadalajara, y se irá con la frente en alto y dejando tras de sí una casa educativa fuerte y sin conflictos.
Villanueva Lomelí, el “Tío Richie” para los estudiantes, se llevará en su mochila (¿o será portafolios?) logros muy importantes que podrá enmarcar y colgar en su nueva oficina como subsecretario de Educación Superior de la SEP, lo que será su nuevo encargo en la vida pública de México.

El todavía rector es una mezcla inusual de político y académico, algo que muchos han intentado hacer, pero pocos logran consolidar. Es evidente que tiene buena capacidad de análisis del momento, pero sobre todo demostró que puede conformar equipos encaminados a un solo objetivo, y que puede también generar consensos en ambientes divididos.
Tiene Villanueva mucho futuro, pero ya lo realizado hasta hoy le garantiza un lugar en la historia de la Universidad de Guadalajara.
Son muchos los puntos favorables de su trabajo como rector general, pero en lo personal cuatro me llaman la atención:

1.- La pandemia. Bajo su mando, la UdeG se convirtió en uno de los tres pilares (los otros dos fueron la iniciativa privada y el gobierno) que sirvieron para que Jalisco lograra sortear de la mejor manera posible la epidemia del covid-19. Sin el trabajo y sacrificio de toda la comunidad universitaria, comenzado por el rector, tal vez el resultado hubiera sido menos afortunado.
2.- La muerte de Raúl Padilla. Tras la desaparición física del hombre fuerte de la UdeG, Ricardo Villanueva supo manejar los hilos de la casa de estudios para evitar rupturas y/o intentos golpistas al interior de la institución. Hoy la Universidad sigue trabajando en unidad, y sin visos de una fractura cercana.
3.- El presupuesto constitucional. La relación entre Ricardo Villanueva y el gobernador Enrique Alfaro sacó chispas siempre, pero el rector supo negociar, acordar, ganar y ceder para lograr algo que parecía imposible: que se lograra incluir en el Presupuesto constitucional una partida fija para la Universidad, algo que parecía improbable.
4.- Las pensiones. Es uno de los logros menos publicitados de Villanueva, pero el rector consiguió convencer a trabajadores y académicos de que la única manera de garantizar la viabilidad de la casa de estudios en materia económica era mediante una modificación al sistema de pensiones. Costará esfuerzo de institución, académicos y trabajadores, pero se logró un respiro a largo plazo.
Hay muchos más logros de Ricardo Villanueva, pero a mi juicio esos son los más destacados. Ahora emprende el rector general una nueva etapa de su vida. Se va con el orgullo de su gestión en la UdeG, y seguramente logrará buenas cuentas en el gobierno federal. Muchos le ven futuro político inmediato. En lo personal prefiero verlo triunfar a largo plazo en materia de políticas educativas y de administración universitaria.