Aunque se presumió en la administración pasada la inauguración del Sistema El Zapotillo como una nueva fuente de abasto, es insuficiente para la Zona Metropolitana de Guadalajara.
En agosto pasado se dio cuenta que la Presa El Zapotillo estaba llena, pero ni con el aporte de la Presa de El Salto hay buenas noticias para la metrópoli. Una evidencia son los cortes en el servicio que la semana pasada se aplicaron en colonias de Guadalajara, Tlaquepaque y Zapopan. Ahora el SIAPA le llama: intermitencias en la distribución del líquido.
¿Entonces cómo resolver la crisis que se avecina para los meses de abril, mayo y junio, en pleno estiaje?
En cada temporada de vacaciones de las semanas Santa y de Pascua, el sistema intermunicipal aplica tandeos en la metrópoli para dar mantenimiento al acueducto que trae agua de Chapala a Guadalajara. Y todo indica que este año no será la excepción.
¿Qué pasaría si revienta ese acueducto? La peor crisis que un Gobierno pueda imaginar. La gente puede ignorar una crisis de inseguridad o violencia, pero una crisis por el abasto de agua tendría magnitudes devastadoras para una administración pública.
Por eso no hay de otra: se requiere de un segundo acueducto por varias razones. No solamente sería para tener una alternativa en caso de que falle el actual y para dar una rehabilitación integral. Se requiere para aprovechar el agua que todavía tiene permitido el Gobierno extraer de Chapala. ¿Uso o evaporación? La respuesta es obvia.
La antigüedad del acueducto ya provoca una reducción en la capacidad de distribución de agua, pero también detona fugas que en ocasiones ni siquiera son detectadas por los ingenieros. Es imposible que circulen los más de cinco metros cúbicos que tiene de capacidad esta infraestructura para abastecer a más del 60% de la población de la metrópoli. Y sin contar las incorporaciones de colonias de Tlajomulco y El Salto, que presionarán más al acueducto.
Si bien en el pasado ya se impulsó la construcción de la segunda línea (sobre todo en la administración de Emilio González), fracasó una y otra vez el proyecto por la oposición de académicos y pobladores de Chapala.
¿Le topará Pablo Lemus?
Requiere del aval del Gobierno de la República, pero el proyecto tiene un fundamento toral.