El pasado jueves, el Banco de México disminuyó su tasa de interés de referencia en 50 puntos base por segunda vez consecutiva, para llegar a un nivel de 9%. Lo anterior es muy importante porque con esta tasa objetivo o de referencia, se establecen las tasas de interés de la banca comercial e incluso las de la deuda pública.
Las razones principales para la reducción de la tasa tienen que ver con el fuerte proceso de desaceleración económica que está sufriendo la economía mexicana, y que para muchos analistas indica que México está entrando en un proceso de recesión económica. Así, al bajar la tasa de interés objetivo, se espera que bajen las tasas bancarias y se incentive el consumo, la demanda de créditos y la inversión productiva.
La economía muestra un fuerte proceso de desaceleración, y de acuerdo con muchos analistas podría ya estar en recesión económica. Los datos de empleo refuerzan el pesimismo, ya que de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), en febrero de este 2025, se perdieron 207 mil puestos de trabajo y la industria de la construcción ya lleva 7 meses consecutivos de contracción siendo el sector que más efecto multiplicador tiene sobre la economía, ya que demanda mucha materia prima, fuerza de trabajo y de servicios financieros; de hecho, compra materiales a por lo menos 74 sectores diferentes, siendo un detonante o de crecimiento económico o de recesiones.
Por otro lado, el Indicador Global de Actividad Económica (IGAE) mostró en enero una variación mensual de -0.2% y anual de 0%, con una contracción anual de -2.8% en las actividades secundarias, dentro de las cuales la manufactura mostró una contracción anual de -0.9% y la construcción una de -6.4%
A su vez, las exportaciones automotrices cayeron durante febrero un -2.9% a tasa anual, lo que representa la caída más significativa en 8 meses, aún sin la aplicación de los aranceles del 25%. Las exportaciones petroleras cayeron un -24.4% y las agropecuarias un -6.1%, mientras que las importaciones disminuyeron un -8.3%, la caída más significativa desde la pandemia, y, específicamente, las importaciones de bienes de capital (maquinaria y equipo) tuvieron su mayor caída con -11.9%. Ello quiere decir que las empresas no están planeando incrementar la producción.
En lo anterior también influye la desaceleración en la economía mundial producto de la fuerte incertidumbre e inestabilidad financiera generada por las controversiales medidas económicas de Donald Trump, sus amenazas sobre aranceles, sus fuertes recortes al gasto público y a su burocracia, y sus amenazas sobre anexionarse Groenlandia y el Canal de Panamá y, por si fuera poco, hay que agregar los conflictos geopolíticos entre Rusia-Ucrania, Israel y Palestina, las disputa territoriales en el mar del Sur de China; recordar el conflicto con Taiwán y los fuerte conflictos en África.
Por ello, hoy Banco de México está más preocupado por reactivar el crecimiento económico que por la inflación, después de todo, ésta se ha mantenido relativamente constante entre el 4 y el 3.5% anual desde diciembre del 2024.