En la entrega pasada escribí un brevísimo repaso de la historia del Poder Judicial en México, particularmente en el siglo XIX, cuando era urgente que este país se asentara, se pacificara y empezara a caminar bien firme sobre un marco jurídico sólido que finalmente sentara las bases de un Estado de derecho. Puedo decir que sin las Leyes de Reforma, sin la Constitución de 1857 y sin las decisiones que tomaron los liberales liderados por Benito Juárez, difícilmente Porfirio Díaz habría logrado la pacificación que se le atribuye, mucho menos durar tanto en el poder.
A lo largo del siglo XX se fue escribiendo otra historia en el Poder Judicial, no precisamente favorable para los habitantes de este maravilloso país. La estructura institucional, abigarrada, burocrática y corrupta de la administración pública federal que se construyó ladrillo por ladrillo a la sombra del partido en el poder (PNR, PRM, PRI), con el centralismo primero que urdieron los sonorenses (léase Plutarco Elías Calles y Álvaro Obregón) y el presidencialismo que inició con fuerza con Lázaro Cárdenas, los otros dos poderes, el Judicial y el Legislativo, operaban en función de los deseos del presidente en turno. Los legisladores no actuaban como contrapeso del Ejecutivo (en esto hay que seguir trabajando) ni representaban realmente a los ciudadanos; y las decisiones judiciales respondían a la conveniencia presidencial cuando se requería, mientras que para la gente de a pie, se convirtió, el Judicial, en el poder del que menos quería saber y al que recurría más a fuerza que de ganas sólo para convencerse, una vez más, que no servía de nada.
Pasaron los años y esto empeoró dramáticamente con añadidos como la represión, las desapariciones, el acoso, la corrupción rampante, las crisis económicas, el enriquecimiento de unos cuantos, por supuesto las injusticias en todos los ámbitos, el crecimiento de la pobreza, las malas y pésimas decisiones gubernamentales, todo en una red intrincada de intereses y relaciones cada vez más fuertes y casi indestructibles.
No quiero extenderme mucho más en esto que es historia reciente y claro que recordamos las recurrentes quejas contra funcionarios del Poder Legislativo, la opacidad y la corrupción. A lo que voy es, con este otro breve repaso, a exponer la necesidad de fortalecer la conciencia de que se requiere un cambio radical en el Poder Judicial y tenemos la oportunidad histórica de tomar esa tarea en nuestras manos por las próximas elecciones del 1 de junio.
La vez pasada escribí que no era fácil y es cierto, pero no es imposible ni tampoco dificilísimo como para no entrarle a buscar la información y saber exactamente qué hacer, qué nos toca hacer, el primer domingo de junio.
En primer lugar tenemos que saber que en Jalisco votaremos por juzgadores de seis instancias o instituciones del Poder Judicial, tres nacionales: la Suprema Corte de Justicia de la Nación, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Tribunal de Disciplina Judicial. Una con base en las circunscripciones electorales: Salas Regionales del TEPJF y por circuito judicial, dos más: tribunales colegiados y personas juzgadoras.
Cuando lleguemos a la casilla en menos de dos meses, tenemos que saber ya por quién votar. Y para eso, además de las campañas que algunas personas candidatas están haciendo, el Instituto Nacional Electoral, el INE, ha desarrollado una plataforma en su página de internet que se titula “Conóceles”. Este micrositio contiene información de todas las personas candidatas que fueron postuladas por los tres poderes; además se incluyen los que están en funciones y también participan en estos comicios. Es posible tener acceso a esta plataforma si se escanea el código QR de nuestras credenciales para votar. Pero si acaso no porque no se cuenta con un dispositivo inteligente o son credenciales sin este código, entonces hay que entrar a la página www.ine.mx. Mejor aún, aquí dejo la liga directa: https://candidaturaspoderjudicial.ine.mx/.
Nos toca conocer esta información, dedicarle tiempo; de nosotros depende que el Poder Judicial empiece con este proceso de renovación desde adentro, para tener acceso a los ideales de la justicia, hay que ir a votar. Recomiendo leer el artículo 17 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: “Ninguna persona podrá hacerse justicia por sí misma, ni ejercer violencia para reclamar su derecho. Toda persona tiene derecho a que se le administre justicia por tribunales que estarán expeditos para impartirla en los plazos y términos que fijen las leyes, emitiendo sus resoluciones de manera pronta, completa e imparcial. Su servicio será gratuito…”. Es decir, quedan prohibidas las que se conocen como “costas judiciales”. Comparto una liga para tener acceso a la Constitución vigente y al artículo completo:
https://www.scjn.gob.mx/sites/default/files/cpeum/documento/cpeum.pdf.
En todo el país votaremos por cinco candidatas y cuatro candidatos a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La boleta es color lila o morado y antes de cada nombre –esto en todas las boletas– hay un número y las siglas del poder postulante. PL (Legislativo); PE (Ejecutivo); PJ (Judicial) y EF (en funciones). No hay que cruzar las boletas ni hay emblemas que los representan; sólo escribiremos el número de las cinco candidatas y el de los cuatro candidatos que decidamos.
También vamos a votar en todo el país por tres magistradas y dos magistrados del Tribunal de Disciplina Judicial y es la misma mecánica. La boleta es verde.
En tercer lugar, votaremos por una magistrada y un magistrado para la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. La boleta es azul.
En Jalisco y en siete estados más que pertenecen a la primera circunscripción electoral, votaremos por dos magistradas y un magistrado para la Sala Regional del TEPJF. La boleta es color durazno o salmón.
También en Jalisco, dependiendo de nuestra sección, votaremos por tres mujeres y tres hombres como magistrados de distrito. Aquí elegiremos una y uno por especialidad (por ejemplo administrativa, civil, penal). La boleta es rosa.
Y en el caso de las y los jueces de distrito, también serán tres mujeres y tres hombres, cada uno con diferentes especialidades. La boleta es amarilla.
A la hora de entrar en la página de “Conóceles” sólo hay que elegir el estado: Jalisco, escribir la sección y es todo. En automático aparecerá la información que nos corresponde como electores de las seis elecciones, pero particularmente las específicas para esta entidad federativa. Y próximamente, ahí mismo, se habilitará una página para practicar.
En una sesión informativa de la Junta Local del INE aquí en Guadalajara, se nos proporcionó esta información y, entre otras cuestiones, se dijo que se ha calculado un tiempo de 12 a 16 minutos por elector en la mampara; pero si ya llegamos con la decisión tomada para cada una de las seis boletas, el tiempo se reduce a seis minutos o menos. Tenemos las herramientas y una responsabilidad ciudadana.
Nos toca. Desde hace muchos años estoy convencida de la madurez del electorado mexicano, no tiene por qué ser diferente ahora. Es la primera vez, es un ejercicio inédito que puede representar un cambio profundo en el Poder Judicial para renovarlo y lograr que esté al servicio de las y los mexicanos, como debe ser, pero sí es necesario –insisto– que nos informemos y acudamos a las urnas.