La semana pasada, la presidenta Claudia Sheinbaum presentó la redefinición del “ Plan México: Fortaleciendo la Economía y el Bienestar ”. En él plantea varios objetivos. Hoy analizaremos el objetivo de “Aumentar la Soberanía Alimentaria”.
En general, el plan se centra en producir en México lo que importamos, un poco a tono con lo que está sucediendo a nivel internacional en materia de proteccionismo comercial, dando marcha atrás a la globalización e integración económica mundial. En pocas palabras, enfocarnos en el mercado interno más que el externo y retomar algunas ideas del antiguo “Modelo de Sustitución de Importaciones”.
En el plan plantea varios objetivos, entre ellos, aumentar la soberanía alimentaria mediante cuatro puntos básicos: establecer precios de garantía, un programa denominado Cosechando Soberanía, un Programa de Fertilizantes para el Bienestar y un Programa de Alimentación para el Bienestar.
El plan plantea el incremento en la producción de maíz, frijol, leche y arroz con base en las siguientes estimaciones:
1. Aumentar la producción de maíz un 17.4% al pasar de 21.3 millones de toneladas en 2025 a 25 millones en 2030.
2. Aumentar la producción de frijol un 64% al pasar de 730 mil toneladas a 1.2 millones.
3. Aumentar la producción de leche un 15.4% al pasar de 13 mil millones de litros a 15 mil millones, y
4. Aumentar la producción de arroz un 103.2%, de 221 mil 500 toneladas de arroz a 450 mil toneladas.
Para lograr estas metas se establece que se darán apoyos a pequeños y medianos productores, créditos a una tasa de interés máxima de 8.5% y serán acompañados de seguros contra desastres climáticos. También contempla asesoría técnica agroecológica y permitir que los productores vendan directamente sin intermediarios.
La inversión inicial para detonar estos programas se estima en 54 mil millones de pesos.
El proyecto peca de optimismo debido a los grandes desafíos que enfrenta actualmente el sector agropecuario y que son:
1) Falta de acciones claras para asegurar el abasto de agua potable, para crear plantas potabilizadoras y desalinizadoras, así como proteger los recursos hídricos contra el estrés hídrico.
a) Hoy en día, entre el 50 y 65% del territorio mexicano sufre de estrés hídrico severo y más de la mitad del territorio, esto es el 53%, se encuentra en condiciones de no sustentabilidad hídrica, lo que se ha visto exacerbado por factores como el cambio climático, el crecimiento demográfico y la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
b) El sector agrícola es el que consume gran parte del agua disponible, esto es entre un 68% y un 77% del agua total según la Comisión Nacional del Agua, y no nos caracterizamos por un riego sustentable y racional, ya que, de acuerdo con la misma Comisión, el 57% del agua utilizada en agricultura es desperdiciada debido a las técnicas ineficientes de riego y las pérdidas por infiltración y evaporación que ascienden a más del 60% del agua almacenada y distribuida.
2) Aunque el gobierno anterior creó el programa Sembrando Vida para entregar seis mil 250 pesos mensuales a pequeños productores, sin embargo, se le han detectado irregularidades. Se requieren devolver apoyos al campo que se eliminaron durante el sexenio anterior como, por ejemplo:
a) La Financiera Nacional de Desarrollo Agropecuario, Rural, Forestal y Pesquero, lo que dejó a muchos agricultores sin acceso al crédito.
b) La propia Secretaría de Hacienda estima que en 2024 el 94% de las unidades agropecuarias no tenían acceso a crédito bancario, y solo el 10% de los productores agrícolas tiene acceso al crédito.
c) El programa de Financiamiento y Aseguramiento al Medio Rural, lo que afectó la posibilidad de protegerse contra riesgos financieros.
d) Los programas para combatir la inseguridad alimentaria en comunidades marginadas y, finalmente…
e) El presupuesto para este 2025, aprobado por los diputados para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER), presenta un pequeño incremento del 0.5% respecto al año anterior y el 73% del mismo irá a programas prioritarios como Producción para el Bienestar.
Este pobre incremento en el presupuesto público se debe a que no contamos con una Reforma Hacendaria y Fiscal que lo garantice.