En una época donde los matices parecen estar en peligro de extinción, el voto del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano (MC) sobre la iniciativa presidencial para reformar la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados, representa la de sensatez política de nuestro movimiento. A favor en lo general. En contra en lo particular.
¿Contradictorio? En absoluto. Es el equilibrio entre respaldar los avances normativos y rechazar, con firmeza, lo inaceptable. ¿Por qué votar a favor en lo general? Porque hay beneficios claros, medibles y concretos. Se propone una modernización profunda del régimen de contratación pública en México. Se restringe la adjudicación directa —uno de los principales focos de corrupción histórica— al 20%, frente al 30% actual. Se introduce una Plataforma Digital de Contrataciones Públicas para sustituir a CompraNet, con el objetivo de garantizar mayor transparencia, trazabilidad y eficiencia. Además, se promueve la inclusión social y económica: se otorgan ventajas competitivas en licitaciones a cooperativas, a empresas que contraten personas con discapacidad y a aquellas comprometidas con la igualdad y la no discriminación.
También se imponen límites claros a la subcontratación, se penaliza a empresas involucradas en prácticas monopólicas y se fortalecen los mecanismos de sanción tanto para proveedores como para funcionarios públicos. Puntualmente, vemos cinco razones para acompañar la propuesta:
• Adiós a la discrecionalidad: Se reduce la posibilidad de adjudicación directa del 30% al 20%. Menos margen para el “dedazo”, más competencia y transparencia.
• Licitaciones con sentido social: Las cooperativas, empresas incluyentes y con políticas de igualdad recibirán mayor puntuación en los concursos. Se abre la puerta a que el dinero público impulse justicia social.
• Adiós CompraNet, hola transparencia 2.0: Se crea una nueva Plataforma Digital de Contrataciones Públicas, moderna y más robusta. Por fin una herramienta acorde al siglo XXI.
• Sanciones que sí muerden: Se establecen controles y medidas coercitivas para que funcionarios y proveedores cumplan. Las reglas ya no serán letra muerta.
• Empresas responsables, no simuladoras: Se prohíbe contratar a quienes han caído en prácticas monopólicas o incumplimientos. Además, se limita la subcontratación al 49% para evitar que una fachada gane el contrato y otro lo ejecute en las sombras.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. En Movimiento Ciudadano no caemos en trampas retóricas ni en falsas disyuntivas. Reconocemos que el dictamen general tiene méritos, pero no podíamos respaldar una cláusula que, disfrazada de tecnicismo, abre la puerta —otra vez— a la opacidad castrense. La iniciativa deja a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) fuera del régimen de transparencia y fiscalización en las contrataciones. Esto no es un olvido menor. Es una alerta roja. En un contexto donde la militarización de funciones civiles ha avanzado peligrosamente, excluir a la SEDENA de los controles que sí se exigen a otras instituciones es una renuncia deliberada a la rendición de cuentas.
Movimiento Ciudadano ha sido congruente en esta batalla: nos hemos opuesto a cada intento por normalizar el uso de las Fuerzas Armadas en tareas civiles sin mecanismos de supervisión robustos. No vamos a legitimar una excepción que privilegia a la opacidad por encima del interés público. La seguridad nacional no debe ser sinónimo de cheque en blanco. El voto diferenciado no es cobardía ni cálculo político. Es responsabilidad.
En Movimiento Ciudadano no votamos con consignas ni a ciegas. Votamos con criterio. A favor de lo que fortalece al Estado de derecho. En contra de lo que lo debilita. Sí a una contratación pública moderna, justa y transparente. No a la opacidad con uniforme. La política no se trata de aplaudir todo o rechazar todo. Se trata de pensar, analizar y decidir con responsabilidad. Votar a favor en lo general significa reconocer avances que el país necesita. Votar en contra en lo particular es defender principios democráticos sin concesiones. Así se construye una oposición inteligente, ética y propositiva.