El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, afirmó que su país no busca una confrontación, pero tampoco teme enfrentarla
El gobierno de China pidió a Estados Unidos cesar las amenazas y el chantaje en el marco del conflicto comercial que mantienen ambas potencias. La declaración se produjo luego de que la Casa Blanca trasladara a Pekín la responsabilidad de iniciar una negociación para reducir las tensiones comerciales.
Desde enero, la administración del presidente Donald Trump impuso aranceles adicionales del 145% a productos chinos, los cuales se suman a medidas previas adoptadas por gobiernos anteriores. Inicialmente, las tarifas respondían al supuesto papel de China en el suministro de fentanilo y a desequilibrios en la balanza comercial bilateral.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Lin Jian, afirmó que su país no busca una confrontación, pero tampoco teme enfrentarla. Señaló que si Washington desea resolver el conflicto mediante el diálogo, debe dejar de ejercer presión, amenazas y chantajes, y entablar conversaciones en condiciones de igualdad y beneficio mutuo.
En respuesta a los aranceles estadounidenses, China impuso tarifas del 125% a las importaciones provenientes de Estados Unidos. Además, adoptó otras medidas como suspender la recepción de aviones del fabricante Boeing y restringir las licencias de exportación de carne, afectando a la mayoría de proveedores desde marzo.
El martes, la Casa Blanca declaró que la iniciativa para reducir la disputa debe partir de China. En un mensaje leído por su portavoz, Karoline Leavitt, se indicó que “la pelota está en la cancha de China” y que Estados Unidos no tiene la obligación de llegar a un acuerdo.
Pese al conflicto, la economía china reportó un crecimiento del 5.4% en el primer trimestre. Un funcionario de la Oficina Nacional de Estadística reconoció presiones sobre el comercio, pero expresó confianza en la capacidad del país para enfrentar los desafíos externos.
La política arancelaria impulsada por Trump también ha afectado a aliados como Japón, Corea del Sur, la Unión Europea, México y Canadá. Aunque con estos países la estrategia ha incluido plazos de negociación de hasta 90 días antes de aplicar nuevos aranceles, se han mantenido medidas específicas sobre sectores como el acero, el aluminio y el automotriz.
Además, se evalúa la imposición de tarifas a semiconductores, productos farmacéuticos y minerales críticos, incluidos teléfonos inteligentes. En paralelo, líderes internacionales, como la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, han reiterado que sus regiones están preparadas para defender sus intereses en futuras negociaciones.
AFP