¿Cuánta presión sentirá un deportista al no cumplir con la etiqueta de favorito, y no solo lo digo a nivel internacional sino a nivel nacional? Los atletas intentan dar su mejor versión en cada competencia.
Por ejemplo, el clavadista Osmar Olvera, hoy que representa la cara de este deporte al hacer historia en los Olímpicos de París, donde se consagró doble medallista de plata, vivió en Guadalajara su primera competencia internacional en casa; el especialista en el trampolín tres metros quería vivir un debut de ensueño, sin embargo, la historia fue diferente al no clasificar a la final donde partía como favorito.
Después, vendría Canadá, segunda parada de la Serie Mundial de Clavados, un evento donde buscaba dejar atrás lo vivido en la Perla Tapatía. En este certamen logró meterse a la final pero volvió a dejar un sabor amargo al quedar en el sitio 11 de 12 atletas que disputaron la final. Sí brilló en el trampolín tres metros sincronizados con Juan Celaya; en Guadalajara fueron oro y en Canadá plata, pero en individual se quedó muy lejos de lo que se espera.
Hoy tiene la revancha en China, donde se llevará a cabo la super final del 2 al 4 de mayo. La pregunta es: ¿Será que logre figurar en el pódium? ¿Podrá ser China el lugar donde la presión no afecte y pueda dar su mejor versión?
La realidad es que la presión existe al ser hoy la cara en los clavados; aquí tiene que estar presente el equipo que está detrás de Osmar; saberlo guiar y darle esa seguridad para soltar la presión y poder canalizarla como él lo sabe, con esos clavados que hoy lo tienen en la historia del deporte mexicano. Sabemos que no es sencillo, sobre todo cuando muchas personas tienen altas expectativas de ti. Sin embargo, la calidad la tiene y quizás llegué esa revancha en la super final donde ya se repartirán medallas. Esa motivación es la que tiene el mexicano: seguir cosechando resultados importantes que le den confianza para salir de esto.
Juan Celaya comenta que conoce a Osmar y que esto que está pasando no lo va a derrotar, y bien lo dijo, se sacó la espinita y logró subir al pódium en sincronizados; ahora el trabajo seguirá y es claro lo que busca Osmar. Es una prueba que conoce y que desea se dé de buena manera; la mentalidad será fundamental y también el trabajo de su entrenadora.
Sólo falta eso que vivió en París, donde le demostró a potencias como China, que México tiene con qué para pelear al tú por tú en el trampolín tres metros.
Más que presión, es motivación de saber que siempre tendrá esa revancha deportiva para cumplir sus metas y seguir brillando a nivel internacional.