GDL una ciudad limpia, amable y que cuida a los animales

Guadalajara es de las ciudades más visitadas en México. Para este periodo vacacional de Semana Santa y Pascua se esperan 1.4 millones de visitantes, por todo lo que nuestra ciudad representa y su oferta de entretenimiento, cultural y gastronómica. En esta estampa turística, también han sido parte las tradicionales calandrias, polémicas hasta cierto punto por su arrastre a caballo.
La protección animal en nuestra ciudad también ha sido una característica importante, no solo por la activa participación de colectivos que luchan por evitar el maltrato y la comercialización de mascotas por sus implicaciones, sino porque en general, la población ha demostrado un interés por tener compañeros caninos, felinos y otros.

El 26 de marzo de este año, nuestra primera presidenta municipal, Verónica Delgadillo, visualizó el compromiso del gobierno de Guadalajara con la protección animal, con la entrega de 31 calandrias eléctricas para erradicar el uso del caballo de tiro, además de reafirmar el compromiso por una ciudad limpia, moderna y sustentable, conservando las tradiciones, pero con una política de bienestar animal y también de cuidado de los operadores.

Son precisamente los conductores de las calandrias quienes también hacen posible que esta evolución se dé, porque aunque algunos comentan que son los propios turistas quienes prefieren contratar un paseo con una carroza jalada con caballo, están dispuestos a cambiar costumbres por el bien de todas y todos, incluidos los propios equinos.

Esa debe ser la actitud y el compromiso de cada uno de nosotros como ciudadanos, ser corresponsables en el cuidado de nuestro entorno y así como cuidamos de nuestras familias, también debemos preocuparnos por nuestras mascotas y todos los seres vivos con los que compartimos esta bella ciudad.

Desafortunadamente, se han vuelto recurrentes las historias de rescates de perros desnutridos como sucedió en una vivienda de una colonia al Poniente de la ciudad, o los conflictos vecinales porque la mascota de la otra casa se escapó y dañó una maceta, porque los condóminos no limpiaron el excremento o porque el perro se la pasó ladrando todo el fin de semana.

Los animales también merecen respeto y debemos involucrarnos todas y todos, porque necesitan espacios adecuados y que sus necesidades sean atendidas para que esto no ocasione desequilibrios en el entorno y se conviertan en un problema que puede derivar no solo en el maltrato, sino en conflictos más grandes.

En la Unidad de Mediación de Justicia Cívica del Gobierno de Guadalajara, durante el 2024 se intervino en 10 casos: dos de conflictos vecinales por el ruido de las mascotas, cuatro más por mordidas de los animales, tres por los olores y uno por maltrato.

Si queremos vivir en una Guadalajara armónica, en la que la convivencia social no sea solo un ideal utópico y que sea una ciudad en la que todas y todos nos cuidemos los unos a los otros, incluyendo a las mascotas y cualquier otro animal de nuestro entorno, debemos fomentar una verdadera cultura de paz.

La tranquilidad en una casa, en una colonia y en la ciudad entera, también depende de nosotros, nuestra educación y el respeto por la vida se refleja en el cuidado de los animales, para que sean parte de una sociedad en armonía y no un elemento de desequilibrio social y mucho menos objeto de maltrato.

Sigamos disfrutando pues de nuestra bella ciudad y que la estampa que se lleven los turistas sea de una ciudad limpia, amable y que sabe cuidar a los animales.