Durante su pontificado, impulsó reformas dentro del Vaticano, promovió la austeridad y la transparencia financiera, y dio visibilidad a grupos históricamente marginados
El papa Francisco, obispo de Roma, falleció este lunes 21 de abril a las 2:00 a.m. (tiempo de México) en su residencia de la Casa Santa Marta, de acuerdo con el anuncio del cardenal Kevin Joseph Farrell, camarlengo del Vaticano.
La muerte del pontífice, quien tenía 88 años, se dio a conocer mediante un videomensaje grabado en la capilla de la misma residencia, en el que también aparecen el secretario de Estado, cardenal Pietro Parolin, y el sustituto de la Secretaría de Estado, Edgar Peña Parra. En su mensaje, Farrell destacó que Francisco dedicó su vida al servicio de la Iglesia y expresó gratitud por su ejemplo como discípulo de Jesús.
El papa Francisco murió de un ictus cerebral, lo que le provocó coma e insuficiencia cardiocirculatoria irreversible, según su certificado de defunción publicado este lunes por el Vaticano. “La muerte fue constatada por registro electrocardioterapéutico”, dice este documento firmado por el director del departamento de Salud e Higiene del Vaticano, el profesor Andrea Arcangeli.
Francisco fue hospitalizado el pasado 14 de febrero en el hospital Gemelli de Roma a causa de una neumonía bilateral y otras complicaciones que pusieron en riesgo su salud. Permaneció internado durante 38 días y recibió el alta médica el 23 de marzo. Desde entonces, continuó su recuperación en la Casa Santa Marta, donde siguió bajo tratamiento farmacológico, fisioterapia respiratoria y motora, y oxígeno suministrado por cánulas nasales.
El Vaticano informó que la infección pulmonar mostró mejoría en las semanas posteriores. Aunque inicialmente no recibía visitas, en los últimos días sostuvo encuentros, entre ellos una reunión con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, el pasado Viernes Santo.
Francisco fue el primer papa latinoamericano y eligió su nombre en honor a San Francisco de Asís, inspirado por la frase “acuérdate de los pobres” que le dijo el cardenal Cláudio Hummes tras su elección. Durante su pontificado, impulsó reformas dentro del Vaticano, promovió la austeridad y la transparencia financiera, y dio visibilidad a grupos históricamente marginados.
Sus viajes apostólicos lo llevaron a lugares con minorías católicas y contextos de alta vulnerabilidad social. Además, abrió discusiones dentro de la Iglesia sobre temas como la acogida a personas homosexuales y a divorciados vueltos a casar.