Hoy se cumplen 64 días de la intervención y desarme del cuerpo de policías de Teocaltiche, Jalisco. Es la tercera intervención. En 2017 y 2020 ya se había hecho el mismo procedimiento; eran otros gobiernos, el de Aristóteles Sandoval y de Enrique Alfaro, pero con resultados iguales: el nexo crimen organizado – policías municipales, sigue intacto.
¿Qué sí logrará el gobierno de Pablo Lemus? ¿Qué nuevas medidas o formas podrán destruir el nexo? ¿Qué logrará en mes y medio más? 45 días… es justo el plazo que el hoy gobernador pidió para “tener completamente pacificado a Teocaltiche”. No suena mal. Digamos que creemos que 45 días bastan para erradicar un problema que fue creciendo por años y que podría decirse que alcanzó un punto álgido a partir del éxodo de habitantes en la primera mitad del 2021.
Lo que sí marca diferencia este 2025 respecto a los años pasados es el número de policías asesinados en ese mismo territorio de la región Altos Norte de Jalisco; suman 7 (el más reciente fue el director de la corporación municipal) y además hay 4 desaparecidos. También hay diferencia en la acción de los habitantes; mientras que en años pasados optaron por huir, hoy surgen versiones del nacimiento de autodefensas, aunque Pablo Lemus dice que “no existen, es completamente falso”.
La versión de autodefensas surge de un grupo llamado Frente Teocaltiche por nuestra gente, cuyo líder fue asesinado a finales del mes de marzo: Juan Pablo Alonzo. Estaba en su casa cuando un grupo armado irrumpió y le disparó en múltiples veces. Fue él quien junto con integrantes de la misma organización civil se manifestó, semanas previas a su asesinato, afuera de la Secretaría de Gobernación en la Ciudad de México, para denunciar abusos y colusiones de la Policía de Jalisco con el crimen organizado. Fue él a quien también señaló el gobernador de Jalisco como delincuente y afín al mismo crimen organizado contra el que se manifestaba.
Ahora es el mismo Frente Teocaltiche por nuestra gente el que –según Pablo Lemus– está ligado a grupos delictivos… ¿y las pruebas? ¿Y las acciones? ¿Por qué si hay certeza de ello, no se les detiene? La respuesta dada es que pronto habrá información al respecto. Pendientes estamos de que las palabras se conviertan en hechos.