Saúl Álvarez decepcionó a propios y extraños. El “Canelo”, que para muchos es el mejor pugilista libra por libra, dejó mucho qué desear contra William Scull. Es cierto que el cubano no ofreció tampoco nada. Pero lo del tapatío rayó en lo ridículo.
Un “Canelo” que a ojos de este servidor se vio fuera de ritmo, no en su mejor forma física y claro está, no con la mejor preparación. Si me preguntan sobre mis argumentos para lanzar estos calificativos, les podré contestar que: Si a tu rival lo analizas y lo estudias, y sabes que es especialista en correr y esquivar, te preparas para correr detrás de él y cazarlo, arrinconarlo, cerrarle las vías de escape y tener oportunidades de conectar tus golpes de poder. Irlo mermando poco a poco. Sabemos que Álvarez Barragán no es un “fajador” pero esta pelea en el otro lado del mundo, perdón la expresión, fue ridículamente mala.
Fueron 12 rounds en los que Álvarez y Scull se dedicaron a correr, a intentar tirar golpes, porque las estadísticas así lo dicen. La empresa especializada COMPUBOX analizó peleas y ésta en Riyad, fue la que menos contactos tuvo, con 445.
Ojalá que los que siempre criticaron la forma de pelear del “Canelo” y a sus rivales, no hayan quedado sorprendidos por Scull, ya que si los otros eran “bultos” a este no sé qué calificativo se le podría poner.
El pugilista tapatío deberá prepararse en serio para su siguiente rival. Crawford no debería ser tan sencillo y ridículo como lo fue Scull; éste sí debería presentar un reto pues al final la mercadotecnia marca “Indiscutido vs. Indiscutido”. Ya veremos en septiembre qué tanto es verdad y qué tanto sigue siendo mentira.