El pasado 22 de abril, el mundo celebró el Día Internacional de la Madre Tierra, una fecha que nos recuerda que el respeto y la protección del medio ambiente son esenciales para garantizar los derechos fundamentales de todas las personas.
Desde la Comisión Estatal de Derechos Humanos Jalisco, reconocemos que el derecho a un medio ambiente sano no solo está consagrado en nuestra Constitución, sino que es la base para el ejercicio pleno de otros derechos: la salud, la vida, el agua, la alimentación, la vivienda y una existencia digna.
En los últimos años, el planeta ha enviado señales claras sobre el agotamiento de sus recursos y el deterioro provocado por actividades humanas insostenibles. El cambio climático, la contaminación, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas impactan de forma directa y desproporcionada a comunidades en situación de vulnerabilidad, como pueblos indígenas, niñas y niños, personas adultas mayores y habitantes de zonas rurales o marginadas.
El enfoque de derechos humanos nos obliga a ver más allá de las estadísticas ambientales: detrás de cada río contaminado, de cada bosque talado o de cada sequía prolongada, hay vidas afectadas, proyectos truncados y derechos vulnerados.
Es por ello que esta fecha es una oportunidad para reflexionar, pero también para actuar. Desde los organismos públicos, la sociedad civil, la academia y cada persona desde su entorno, podemos contribuir a la construcción de un modelo más justo y sostenible. El respeto a la naturaleza es, también, una forma de justicia social.
En la CEDHJ reafirmamos nuestro compromiso con la protección del medio ambiente como un derecho humano fundamental. Proteger a la Madre Tierra es, en esencia, proteger la dignidad y el bienestar de todas las personas.