El acuerdo ocurre en un contexto en el que el Reino Unido busca consolidar relaciones bilaterales luego de su salida de la Unión Europea
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este jueves un acuerdo comercial con el Reino Unido, el primero desde el inicio de su política arancelaria. La declaración se produjo tras una conversación telefónica con el primer ministro británico, Keir Starmer, desde el Despacho Oval.
El acuerdo contempla una reducción de aranceles sobre productos británicos, especialmente en los sectores automotriz y siderúrgico. En concreto, el impuesto a los automóviles británicos bajará del 27.5% al 10%, según informó el gobierno del Reino Unido. En contraparte, el país europeo abrirá su mercado a la carne de res y productos agrícolas de Estados Unidos, a pesar de las reservas de algunos sectores sobre la calidad de estos productos.
Trump calificó el pacto como un paso inicial en una serie de acuerdos similares con otros países. Según sus palabras, el tratado representa “miles de millones de dólares” en acceso al mercado para exportaciones estadounidenses, principalmente en el rubro agrícola. Por su parte, Starmer valoró el momento como significativo al coincidir con el aniversario número 80 del Día de la Victoria en Europa, durante la Segunda Guerra Mundial.
A pesar del anuncio, ambas partes coincidieron en que se trata de un entendimiento preliminar. Un funcionario del gobierno británico lo comparó con un documento de condiciones generales que fija directrices para futuras negociaciones. El acuerdo se enfoca en sectores específicos y no constituye un tratado de libre comercio amplio. Las conversaciones posteriores podrían incluir el sector farmacéutico y el audiovisual, este último relevante para la economía británica.
El acuerdo ocurre en un contexto en el que el Reino Unido busca consolidar relaciones bilaterales luego de su salida de la Unión Europea. Esta semana, el gobierno británico también cerró un tratado de libre comercio con India. Por su parte, la Unión Europea continúa sin lograr un acuerdo con Washington. Bruselas advirtió que podría imponer aranceles a productos estadounidenses si las negociaciones no avanzan.
Trump impuso en abril un arancel del 10% a importaciones globales, incluida Gran Bretaña, pero concedió exenciones temporales a varios países con el objetivo de generar espacio para el diálogo. La administración estadounidense busca así reducir el impacto económico de su política comercial sobre el crecimiento y la inflación.
Starmer visitó Washington en febrero y extendió a Trump una invitación oficial del rey Carlos III para una segunda visita de Estado al Reino Unido. El mandatario estadounidense describió al primer ministro británico como un negociador persistente.