Familias separadas por el drama de la migración irregular hacia Estados Unidos protestaron este sábado en Ciudad Juárez, donde la agresiva política fronteriza de Donald Trump impidió un reencuentro anual organizado especialmente por el Día de la Madre.
Las fuerzas armadas estadounidenses establecieron la semana pasada una nueva zona militar de defensa fronteriza con México en el estado de Texas, que incluye el límite con Juárez, donde militares pueden detener a personas que crucen irregularmente.
La creación de la zona defensiva llevó a las autoridades de ese país a cancelar el tradicional evento “Abrazos, no muros”, que desde 2016 organiza la oenegé Red Fronteriza por los Derechos Humanos, y que este 10 de mayo pretendía que los migrantes puedan reunirse con sus seres queridos y abrazarse por unos minutos en plena línea fronteriza.
“Lo hemos hecho desde el 2016 sin ningún problema y ahora sí se nos prohibió usar este pedazo de la frontera”, dijo a la AFP Irma Cruz, miembro de la Red Fronteriza, organización que calificó la cancelación como una “decisión devastadora”.
En protesta por la anulación del evento y exigiendo políticas más humanitarias para la comunidad migrante, la oenegé convocó al centenar de familias que se habían inscrito para los abrazos a participar del acto denominado “Madres de la Frontera, amor sin fronteras”.
“Hay tantas madres de ambos lados sin sus hijos, sin poder abrazarlos. Precisamente escogimos este día para llamar la atención de que esto es una crisis humanitaria”, agregó Cruz.
Matilde Rosales confesó a la AFP que “la desilusión” de no poder reencontrarse con su hermana Isabel, a la que no ve en persona hace ocho años, es “un golpe fuerte”.
Reclamó además al presidente Trump que reconsidere sus políticas y permita restituir el “Abrazos, no muros”.
“Son cinco minutos, pero muy grandes para nosotros, los disfrutamos mucho”, dijo portando una rosa roja en una mano, mientras secaba sus lágrimas.
En simultáneo con las familias en Juárez, la oenegé convocó también a reunirse y protestar a los familiares que están en El Paso y esperaban poder abrazarse.
Pese a estar a más de cien metros de distancia, las familias de uno y otro lado se saludaron alzando los brazos y usando binoculares para intentar verse.
Fue el caso de Alejandro Ordaz, de 46 años, quien viajó más de 800 kilómetros desde la ciudad de Torreón, Coahuila, hasta Juárez para abrazar a su mamá, que vive en Estados Unidos hace veinte años.