Mamá de alto rendimiento

Ser madre es una de las bendiciones más bellas que puede darte la vida. ¿Te imaginas lo que es una madre de alto rendimiento? Mujeres que tienen que multiplicar sus emociones para estar al cien ante sus pequeños; madres que hacen posible lo imposible. La historia que vive cada una tiene un tinte peculiar y especial, es una historia de superación, fuerza y amor. Ser atleta de alto rendimiento es difícil. Es un camino plagado de emociones; mamá ha reído, llorado cada logro, lesión, injusticia, cada medalla que con trabajo ha ganado su pequeño.

Qué difícil es mantenerte fuerte cuando de ti no depende evitar que tu hijo no viva un momento difícil.

Mamá es uno de los pilares que hacen que su pequeño se mantenga fuerte; se levanta incluso a las 4:00 de la mañana para hacer el desayuno, llevar a su pequeño a entrenar; esperar en el carro a que salga y si su deporte lo pide, regresan a entrenar nuevamente. Tener un hijo dedicado al deporte de alto rendimiento no es sencillo, pero ellas dicen que es muy gratificante y hacen que cada día sea mágico. Esa sonrisa que le da a sus pequeños, que los llena de fortaleza, de amor, de responsabilidad. Los hijos saben lo que ha hecho mamá por ellos. Saben si lloran a escondidas, saben que sufren con ellos pero también sonríen recordando su primera medalla, su primer metal, su primer logro, su primer sueño. Son un gran equipo que busca crecer día a día. El ejemplo de que todo es posible sin importar la adversidad, son palabras que llevan muy grabadas los atletas de alto rendimiento.

Para cada una de ustedes, gracias por estar, por luchar, por trabajar, por ser el soporte de sus hijos, por ser un amor INCONDICIONAL… Para ti, hoy sólo podemos decir GRACIAS MAMÁ.